Las interminables discusiones entre la Unión Europea y el Reino Unido para llegar a un acuerdo sobre su relación postBrexit siguen atoradas; aunque en la visión de Londres, las conversaciones están en un ‘punto difícil’ a raíz de las persistentes divergencias.

Estamos en la hora de la verdad. Nos resta muy poco tiempo, apenas algunas horas útiles en esta negociación, si queremos que un acuerdo entre en vigor el 1 de enero

dijo Michel Barnier, principal negociador del Brexit ante el Parlamento Europeo

Por su parte, durante una visita al norte de Inglaterra el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo a la prensa que su gobierno mantenía abierta la puerta a un diálogo.

“Tengo que decir que la situación parece difícil, hay una brecha que hay que salvar. Hemos hecho mucho y esperamos que la UE (…) venga a la mesa con algo”, dijo el jefe del gobierno británico.

En su discurso ante el Parlamento, en Bruselas, Barnier señaló que los puntos que restan son puntos fundamentales para la Unión Europea.

Puntualizó que la petición se centra en tener un equilibrio entre los derechos y las obligaciones, además de la reciprocidad.

El negociador expresó también su convicción de que si bien existe la posibilidad de un acuerdo, es hora de tomar una decisión y de que cada uno asuma sus responsabilidades.

A contrarreloj

El esfuerzo negociador se perfila como el último capítulo de una saga que se arrastra desde el 31 de enero y podría definir si Reino Unido saldrá de la Unión Europea con un acuerdo comercial o sin él.

La víspera, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y Boris Johnson, mantuvieron una conversación telefónica para tratar de destrabar las negociaciones, aunque sin llegar a un punto de acuerdo.

En una escueta nota oficial divulgada luego de esa conversación con Johnson, Von der Leyen admitió la dificultad para superar las divergencias entre ambos frentes.

Por su parte, Johnson admitió que, dado que el tiempo disponible es muy poco, resulta probable que no se llegue a un acuerdo a menos que la posición de la UE cambie de manera sustancial.

En su discurso ante el Parlamento Europeo, Barnier hizo referencia a la cuestión de los derechos pesqueros y el acceso de flotas europeas a las aguas territoriales británicas, un asunto que se transformó en el principal obstáculo para lograr un acuerdo.

“No creo que sea justo, ni aceptable, que los pescadores europeos no tengan acceso a esas aguas”, aseveró Barnier.

Exigencias fundamentales 

Además, Barnier responsabilizó al equipo británico porque las negociaciones llegaron a este punto crítico.

Al respecto, señaló que los británicos decidieron el plazo mínimo en el que ahora ‘están atrapados’, puesto que en junio rechazaron cualquier forma de extensión y establecieron como límite el 31 de diciembre

Asimismo, el negociador apuntó que desde el inicio de las conversaciones, el equipo británico presentó una exigencia fundamental, que es la razón de ser del Brexit: recuperar la total soberanía.

En tanto, la Unión Europea también hizo una exigencia fundamental: preservar los valores y principios de la Unión Europea, así como su mercado único.

En cualquier escenario, todo el proceso negociador quedó bajo presión ya que las bancadas en el Parlamento Europeo establecieron de hecho un ultimátum.

Las bancadas acordaron movilizarse para aprobar un eventual acuerdo antes del 31 de diciembre, pero únicamente si reciben el texto completo de los entendimientos como máximo en la noche del domingo 20 de diciembre.

Con información de AFP