El Banco de Rusia incrementó la tasa de interés clave en 350 puntos base a 12% este martes, como una medida de emergencia para tratar de detener la reciente caída del rublo y tras un llamado del Kremlin para tener una política monetaria más estricta.
La reunión para determinar la modificación llegó después de que la moneda rusa se desplomara más allá del umbral de 100 frente al dólar, como parte del impacto de las sanciones occidentales en la balanza comercial de Rusia por el aumento en el gasto militar.
Asimismo, se dio tras las declaraciones del asesor económico del presidente Vladimir Putin, Maxim Oreshkin, en donde reprendió al banco central y culpó a lo que llamó su política monetaria blanda por debilitar el rublo.
Mediante un comunicado, el banco central ruso detalló que la presión inflacionaria se está acumulando y el traspaso de la depreciación del rublo a los precios está cobrando impulso mientras las expectativas de inflación van en aumento.
Mientras la guerra continúe, empeorará para Rusia, la economía rusa y el rublo
dijo Timothy Ash, estratega senior de mercados emergentes en Bluebay Asset Management.
Añadió que aumentar la tasa de interés no será la solución, ya que tal vez desacelerará el ritmo de depreciación del rublo, pero la solución llegará hasta que se finalice con la guerra y por tanto con las sanciones que se le han puesto a la nación europea.
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Todo es política
En un principio, el banco había eliminado su declaración habitual sobre futuros aumentos a la tasa, lo que llevó a los analistas a especular sobre un posible final del ciclo alcista; sin embargo, posteriormente se emitió un comunicado en donde se explicó que más aumentos son posibles de ser necesarios.
Hasta hace poco, la gobernadora del banco ruso, Elvira Nabiullina, había recibido múltiples elogios por el manejo de la economía en medio de la invasión de Rusia a Ucrania, pero la caída del rublo y la alta inflación han comenzado a jugarle en contra.
A ello se le suman señalamientos directos por parte del gobierno encabezado por Putin, que considera que la política monetaria del banco central ha sido blanda.
Todo esto a unos meses de las próximas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en marzo de 2024.
El macroeconomista jefe de Equiti Capital en Londres, Stuart Cole, señaló que la decisión del banco central ruso probablemente tuvo una motivación más política que económica.
Andrei Melaschenko, economista de Renaissance Capital en Moscú, dijo que el banco hizo bien en reaccionar ante los riesgos de inflación, pero que la reunión, que se anunció poco después de las críticas del Kremlin, planteó dudas sobre la independencia del banco.
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Con información de Reuters