Las ciudades holandesas de Ámsterdam y Róterdam impusieron este jueves el uso de cubrebocas en sitios muy concurridos, lo que incluye al Barrio Rojo de la capital, con el objetivo de limitar la propagación de COVID-19.

Las autoridades de Ámsterdam señalaron que el uso de cubrebocas (no médicos) será obligatorio a partir del 5 de agosto en los lugares concurridos, como “De Wallen”, el barrio junto al canal donde las trabajadoras sexuales ejercen su oficio que reanudaron actividades desde el 1 de julio, tras un cierre de los locales de casi tres meses debido al coronavirus,

En la ciudad de Rotterdam también será obligatorio, a partir del 5 de agosto, portar cubrebocas en los principales barrios y centros comerciales cubiertos, quienes no cumplan con la medida serán multados.

El gobierno holandés evitó imponer la obligatoriedad de esta medida, pues considera que no cuentan con la evidencia suficiente que lo justifique; sin embargo, las autoridades regionales podrán tomar sus propias medidas.

El primer ministro, Mark Rutte, hizo un nuevo llamado para que la gente respete las normas de distanciamiento social, después de que la tasa de infección por COVID-19 aumentó de nuevo durante la semana pasada, sobre todo entre los jóvenes.

Holanda se encuentra entre los países nórdicos que aún no declaran el uso obligatorio generalizado del cubrebocas en Europa, así como Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia e Islandia.

Según una encuesta reciente de Yougov, sólo entre 5% y 10% de los sondeados en los países nórdicos afirmaron utilizar mascarilla en los lugares públicos, proporción que ha permanecido estable desde que empezó la crisis, en marzo.

Entretanto, en los otros veinte países sondeados por el instituto, el uso de cubrebocas se extiende a 70% o incluso a 80% de los encuestados, en países como India, Estados Unidos o Francia.

En Dinamarca, las autoridades sanitarias empezaron a recomendar el uso de mascarilla a principios de julio, después de una advertencia de la OMS, pero sólo en casos muy específicos, como cuando uno acude al hospital para hacerse la prueba o en los transportes, si se regresa de una zona de riesgo.

Una posición que no dista mucho de la de Noruega o la de Finlandia, donde, en principio, no se oponen a la mascarilla -según afirman-.

La Organización Mundial de la Salud presentó a inicios de julio una guía sobre el uso de cubrebocas, y han hecho especial énfasis en que éste debe usarse únicamente como parte de una estrategia integral.

En el caso de México, la obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios públicos también es responsabilidad de los gobiernos locales.

Las autoridades de salud a nivel federal recomiendan su uso siempre y cuando se combine con el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos.