A partir de enero, los productos de higiene femenina como las toallas sanitarias, tampones y copas menstruales están exentas del Impuesto al Valor Agregado (IVA), lo cual se ha reflejado en una reducción de precios.
Los precios al consumidor de las toallas sanitarias presentaron una caída acumulada de 3.4% a la primera quincena de mayo, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Es la mayor caída, para un mismo periodo, desde al menos 1996, lo cual significa que eliminar el IVA sí está permitiendo a las mujeres generar un pequeño ahorro.
La eliminación del 16% IVA en estos productos fue parte de la miscelánea fiscal que se aprobó el año pasado y que busca impulsar políticas fiscales con una mayor perspectiva de género.
Es una medida que busca atender la situación de pobreza menstrual en la que se encuentran varias mujeres y también por el hecho de que se está pagando un impuesto por una condición biológica
dijo en su momento a El CEO la política, Martha Tagle.
Es un primer paso, pero falta mucho: CIEP
Si bien es un paso positivo el quitar este impuesto que deben pagar las personas menstruantes, aún son insuficientes las acciones para tener un presupuesto fiscal con perspectiva y equidad de género.
Si bien disminuyó el precio de las toallas sanitarias, en general, el sistema fiscal no tiene perspectiva de género
consideró Alejandra Macías, directora de Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP).
De hecho, la especialista mencionó un reporte de Hacienda sobre cómo los hombres tienen mayores exenciones fiscales que las mujeres, lo cual se debe a que hay más hombres en la formalidad laboral, respecto de las mujeres.
A su parecer, deben existir políticas que incentiven la participación laboral para que las mujeres puedan tener acceso a más beneficios fiscales, apuntó.
Falta un camino largo, las reformas deben iniciar desde lo laboral y a partir de ahí poder generar incentivos fiscales
agregó Macías
Se priorizó a consumidoras y no a empresas
Tagle explicó que la idea de que sea una tasa cero del IVA y no una exención fiscal es que se buscó beneficiar principalmente a las mujeres y no a la industria.
“Una vez que sea aprobada esta medida se presentará un trabajo para que la tasa cero se vea reflejado en el costo. Hacienda trabajará con Profeco para que esto suceda (…) La idea es que el costo se reduzca al 16%”, dijo Tagle.
También se está impulsando una medida que en caso de poblaciones en extrema pobreza o que tienen condiciones que les impide tener acceso a estos productos, se les brinde de manera gratuita.