Las quitas de capital que se propusieron como una medida para apoyar a personas físicas y morales que deben a la banca, ante la crisis que vive el país por la pandemia de COVID-19, representan un riesgo de rentabilidad, liquidez y eventualmente de solvencia, dijo el presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Luis Niño de Rivera .
Si dejamos de cobrar un peso de capital, tenemos que prestar 38.50 pesos durante un año y cobrarlo para recuperar ese peso, esto con datos que tenemos al cierre de julio de este año con un rendimiento de la cartera de 2.6%
expuso Niño de Rivera, quien también es titular de Banco Azteca.
Si esto se contrae y el rendimiento llegara a 2%, la banca tiene que prestar 50 pesos para recuperar el peso, detalló al participar en el X Congreso Internacional de Investigación Financiera del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
“Se vuelve un círculo vicioso porque al no pagarnos capital, no ganamos suficiente dinero, tenemos que colocar más y se vuelve muy complejo en una situación tan grave como la que tenemos, sin olvidar que el 85% de ese peso pertenece a los acreedores de la banca que son los ahorradores”.
Las quitas de capital son un mecanismo financiero de los bancos que permiten hacer descuentos al monto total de las deuda de sus clientes. Esta herramienta forma parte de los planes de reestructuración que presentaron las autoridades del gobierno federal para apoyar a las personas que no han podido cumplir con sus pagos de tarjetas de crédito debido a la crisis.
“Poner en riesgo ese dinero es delicado, nos crea problemas de rentabilidad, indices de capitalización, de indices de liquidez y eventualmente problemas de solvencia. No es que la banca no use las quitas, pero tenemos que ser prudentes entre reguladores, regulados y clientes para mantener la solides del sistema bancario”.
El presidente de la Asociación comentó que hasta el cierre de septiembre se han reestructurado 75,000 millones de pesos en pagos de diferimientos.
El plan de reestructura de diferimientos de pagos consiste en tres aspectos. El primero basa en reducir el pago hasta 25% con reestructura de 48 meses y posterior a este periodo bajarlo a 20% o incluso a 15%.
El segundo aspecto tiene que ver con un mayor plazo que puede llegar hasta 50% adicional al plazo original y el tercer aspecto es evitar se eleve desproporcionadamente el pago total, se debe quedar en un máximo de 30% y en general entre 15% al 25%.