Banco de México (Banxico) podría terminar el año con la tasa de interés de referencia en 11% –por encima de un estimado previo de 10%– mientras los responsables de la política económica en el país siguen anteponiendo la estabilidad sobre el crecimiento, según Bank of America (BofA). 

En un documento de análisis, los economistas de BofA pronosticaron que el banco central de México realizará tres aumentos consecutivos de tasas, dos de 75 puntos base (pb), uno en septiembre y otro en noviembre, para luego implementar un alza de 50 pb en diciembre.

México sigue priorizando la estabilidad sobre el crecimiento. En cuanto a la política monetaria, esto significa que es muy probable que Banxico siga subiendo el tipo de interés al ritmo de la Reserva Federal de Estados Unidos

señaló BofA

Además, para febrero y marzo de 2023, se anticipa un alza de 25 puntos base.

El banco estadounidense apunta que la Fed seguirá subiendo la tasa de interés hasta un rango de entre 4.75% y 5.00%, que se alcanzaría a principios del próximo año mientras que, del lado de México, descarta recortes por parte de Banxico en 2023. 

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Políticas más estrictas por priorizar estabilidad

Los economistas Carlos Capistran y Christian González Rojas plantearon en su análisis algunas implicaciones para la economía mexicana respecto al hecho de ‘priorizar la estabilidad sobre el crecimiento’.

Inicialmente, consideran que ello podría derivar en políticas más estrictas, incluso si la economía se desacelera sustancialmente. 

Otras de las implicaciones es que Banxico teme que, si el peso se deprecia, se amplíen los choques externos a los precios, además de la probabilidad de que el peso siga superando a muchas divisas en el mundo

También Hacienda, asegura BofA, tiene como prioridad mantener la estabilidad mediante el control del equilibrio primario y de la deuda con respecto al PIB. 

La dependencia a cargo de Rogelio Ramírez de la O tiene alrededor del 3% del PIB en efectivo (en la Tesorería) que puede utilizar para amortiguar cualquier déficit de ingresos durante el resto de la actual administración o para apoyar a Pemex con más capitalizaciones, si fuera necesario, indica el documento. 

La administración sigue apoyando mucho a Pemex, y también está tratando de mantener la deuda al PIB, incluyendo Pemex y CFE, cerca del 50% (que actualmente está ligeramente por debajo de ese nivel)

refirieron Carlos Capsitran y Christian González en el documento

BofA aseguró que la regla fiscal sigue siendo la misma que con AMLO: recortar el gasto si es necesario para mantener el saldo primario cerca de cero.

La entidad precisó en el documento que en Hacienda están ocupados tratando de mantener bajo control la proporción Deuda/PIB (alrededor del 50% del PIB, incluyendo Pemex y CFE), mientras Banxico trata de controlar la inflación. 

“Las estrictas políticas fiscales y monetarias no dejan mucho espacio para el crecimiento”, aseveró BofA. 

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Inflación y peso preocupan a Banxico

Tras la más reciente decisión de la Fed, BofA considera que, para combatir la inflación, Banxico tratará de evitar que el peso se deprecie, lo que significa que intentará mantener el actual diferencial con la Fed, lo que muchos en el banco central consideran que ha funcionado bien para reducir la volatilidad del peso. 

De acuerdo con el banco estadounidense, una gran mayoría en Banxico está preocupada por la alta inflación y, especialmente, por la inflación subyacente y las altas expectativas de inflación. 

Por lo tanto, hay consenso respecto a la importancia de no dejar que el peso se deprecie, ya que de lo contrario, esto podría ampliar el impacto de esas fuerzas externas sobre la inflación en México. 

En el documento se hace referencia a que muchas negociaciones salariales se están resolviendo por encima de la inflación observada, aunado a que el gobierno seguirá subiendo el salario mínimo de forma sustancial, razón por la que consideran que Banxico también debería seguir siendo agresivo para contrarrestar la inflación interna

Según los responsables de política económica los principales canales de transmisión de la política monetaria en México son el tipo de cambio y las expectativas de inflación. Por lo tanto, incluso los que quieren luchar contra la inflación interna están pendientes del peso

aseveró BofA. 

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