México sigue mostrando su atractivo a nivel internacional, esto al posicionarse en el lugar 11 entre las economías con mayor entrada de Inversión Extranjera Directa (IED) durante el 2022.
México se ha convertido en un foco importante de inversiones desde que se insertó en el tema de la economía global con la negociación de acuerdos comerciales que lo han mantenido entre los principales países emergentes
señaló James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco.
De acuerdo con el informe sobre las inversiones en el mundo difundido por la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el avance de la IED se concentró tanto en economías desarrolladas como subdesarrolladas:
Estados Unidos en primer lugar, acompañado de China y Singapur en el podio. A estos países le siguen Hong Kong y Brasil, en cuarto y quinto lugar, y más abajo del listado se ubican Australia, Canadá, India, Suecia, Francia y México.
“Estados Unidos es el motor de la economía global, es el mercado que más compra ante un poder adquisitivo alto; eso provoca que se vean flujos de inversión muy importantes”, consideró el subdirector de análisis económico de CIBanco.
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Mientras que nuestro país ocupa la décimo primera posición entre las economías con mayor entrada de IED, esto al recibir una suma de 35,000 millones de dólares durante 2022, cifra que representa un alza del 12% anual.
México se ha convertido en un destino importante de inversiones debido a las ventajas que ofrece, sobre todo por la cercanía al mercado de Estados Unidos
añadió Salazar.
La IED que recibió México durante el 2022 representa un nivel del 2.6% del Producto Interno Bruto (PIB).
Inversión extranjera a nivel mundial
Los datos de la UNCTAD muestran que la IED a nivel mundial disminuyó 12% durante el año 2022, específicamente una suma de 1.3 billones de dólares.
La desaceleración de la IED mundial ocurrió debido a un menor número de transacciones financieras en las economías desarrolladas.
También afectaron distintas problemáticas globales, tales como la guerra entre Rusia y Ucrania, el alza de precios en alimentos y energía debido al descontrol inflacionario, además de las presiones en materia de deuda.