México es una de las naciones que pidieron a la Organización Mundial del Comercio (OMC) crear paneles para juzgar la legalidad de los aranceles a la importación de acero y aluminio impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en marzo, indicando una escalada de las tensiones comerciales a nivel mundial
La agenda para la reunión que se celebrará el 29 de octubre el órgano de resolución de disputas confirmó las iniciativas legales, que también fueron presentadas por China, la Unión Europea, Canadá, Noruega, Rusia y Turquía.
Estados Unidos pidió a la OMC que se pronuncie sobre las tarifas impuestas por Canadá, China, México y la UE en respuesta a las medidas estadounidenses.
También pidió que dicte sentencia en un caso separado contra China. Washington quiere imponer aranceles a Pekín por su presunta negativa a proteger los derechos de propiedad intelectual de las firmas estadounidenses.
Los países que se oponen al gravamen del 25% impuesto por Estados Unidos a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio aseguran que atentan contra las reglas de la OMC. Washington afirma que se trata de un asunto de seguridad nacional y, por tanto, está fuera de la jurisdicción de la organización.
¿Cuál es el camino?
Una disputa ante la OMC tiene plazos establecidos para finalizar el procedimiento; sin embargo, las peticiones no necesariamente atraviesan por todas las fases del proceso.
“Lo importante no es dictar sentencia; la cuestión prioritaria es resolver las diferencias, de ser posible mediante la celebración de consultas”, señala la organización en su página web.
El procedimiento de disputa comienza con una ventana de 60 días para celebrar conversaciones e intentar llegar a un acuerdo. En el caso de los impuestos estadounidenses al acero y al aluminio, estas negociaciones fracasaron.
La siguiente etapa es que el o los países reclamantes pidan que se establezca un grupo especial, el cual tiene 45 días para su constitución, más medio año para concluir su labor y dar un informe definitivo.
El país “en el banquillo” puede obstruir la constitución del grupo especial una vez, pero no puede volver a hacerlo cuando el Órgano de Solución de Diferencias se reúna por segunda vez.
Entre 1995 y 2017, se sometieron ante la OMC 535 diferencias, pero únicamente 308 llegaron hasta la creación de un grupo especial sobre el tema y sólo 235 llegaron hasta el final de esta etapa. En las 73 restantes, los países llegaron a un acuerdo sin necesidad de intervención por parte del organismo.
Durante las resoluciones o recomendaciones del grupo especial, las partes pueden apelar, proceso que puede durar hasta 90 días como máximo.
Si por el contrario se llega a un acuerdo, el país que “ha hecho algo que no debe hacer, ha de rectificar rápidamente; y si sigue infringiendo un acuerdo, debe ofrecer una compensación o recibir una respuesta adecuada que le haga cierto efecto -aunque esto no es realmente un castigo: es una ‘medida correctiva’, cuyo objetivo último es que el país cumpla la resolución-”, explica la OMC.
Si en 20 días no hay acuerdo sobre la compensación, los reclamantes pueden pedir autorización para establecer medidas retaliatorias, como el bloqueo de importaciones o imposición de aranceles, pero serán aplicables sólo de manera temporal, para alentar a que el otro país cumpla con lo establecido.
Con información de Reuters
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