México se había caracterizado por tener fundamentos macroeconómicos sólidos, pero la falta de articulación y de claridad en las políticas públicas son los detonantes para que la agencia calificadora Moody’s haya cambiado este miércoles la perspectiva crediticia de México a “negativa”, desde “estable”.

Moody’s afirmó la calificación en escala global de México de “A3”.

Tenemos indicios que la economía mexicana se está desacelerando por los cambios de las políticas públicas y la necesidad de apoyo a Pemex no contribuye al panorama

dijo en conferencia telefónica, Jaime Reusche, analista soberano de Moody’s.

El tema de Pemex fue un factor determinante para el cambio de perspectiva. La falta de claridad sobre cómo la Empresa Productiva del Estado resolverá sus dificultades financieras y el desacuerdo con los inversionistas sobre los planes operativos y financieros pesaron en la decisión de Moody’s.

“Invertir en refinerías que es una actividad no rentable para Pemex. Se le había dado los instrumentos a Pemex para asociarse con el sector privado para la exploración y explotación de hidrocarburos (con reforma energética), pero no lo han aprovechado”, comentó Reusche.

En la conferencia de prensa matutina, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, dijo que los anuncios de las calificadoras Moody’s y Fitch -que recortó calificación- no toman en cuenta cuestiones como combate a la corrupción.

Estamos conscientes que el nivel de corrupción, deficiencia de Estado de Derecho, alto nivel de informalidad, son debilidades crediticias de México, pero han sido descontadas desde hace algún tiempo

dijo Reusche.

Riesgos periféricos

Para Moody’s tanto los aranceles con los que amenaza imponer el presidente de Estados Unidos, así como la desaceleración de la economía de ese país y la baja del precio del petróleo son riesgos periféricos y no son elementos fundamentales en el cambio de la perspectiva.

Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, dijo que aplicará aranceles a todas las exportaciones mexicanas, los cuales iniciarán con una tasa de 5%, a partir de este lunes, y podrían alcanzar el 25% en octubre.

“Los aranceles pueden generar riesgos, pero lo vemos como algo temporal. Si se implementa la tasa de 25% -hasta octubre- la economía de México no crecería más allá del 1%” este año”, dijo Reusche.

Hasta el momento, Moody’s prevé que la economía crezca 1.5% este año, desde el crecimiento de 2% que registró en 2018. Los riesgos a la baja responden a la debilidad persistente de la inversión privada.

Sólido punto de partida

México sufrió un cambio de perspectiva y no de calificación crediticia por parte de Moody’s gracias al sólido punto de partida con el que arrancó la administración de López Obrador.

La sólida posición fiscal que dejó el gobierno anterior, deuda estable, déficit corto, economía que crecía, si bien no de manera muy dinámica, es una de razones por la que se cambió solo la perspectiva de calificación, de acuerdo con Reusche.

Ahora tenemos un cambio de gobierno que viene con otro enfoque y que no está siendo certero con sus políticas públicas.

“El mercado trata de anticiparse a los indicadores financieros. Nosotros tratamos de ser cautos y ver el impacto en los fundamentos económicos”, dijo Reusche.

El peso se depreciaba este jueves 1.20% frente al dólar; el tipo de cambio spot cotizaba en 19.7512 pesos por billete verde.

El mercado accionario también ha resentido la decisión de las calificadoras. El S&P/BMV IPC, de la Bolsa Mexicana de Valores, y el FTSE-Biva, de la Bolsa Institucional de Valores, presentan ajustes de 0.97 y 1.03%, respectivamente.