La mayor creación de empleos con salarios bajos parece ser una maldición que será difícil de conjurar.
Al cierre del tercer trimestre de este año 38.52 millones de las personas ocupadas, tanto en el sector formal como informal, ganaban entre uno y hasta tres salarios mínimos, es decir, 3,131.74 a 9,395.22 pesos mensuales, de acuerdo con datos de INEGI.
Mientras que las personas empleadas con remuneraciones de más de tres salarios mínimos sumaron 6.44 millones, una de las cifras más bajas desde 2005, año en el que se inició el registro.
En los últimos 40 años, el Estado no ha logrado establecer una estrategia de política económica que genere crecimiento económico vigoroso y sostenido que a la vez propicie mayor desarrollo socia, por lo que mientras que aumenta la población se destruye empleo bien pagado, en especial los de más de tres salarios mínimos, de acuerdo con el reporte ‘La precarización nacional es una realidad’, de José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Por ejemplo, en el último trimestre de 2005, el número de empleos con una remuneración de mas de cinco salarios mínimos era de 4.72 millones y alcanzó su máximo en el tercer trimestre de 2006 con 5.29 millones, pero al cierre del tercer trimestre de este año la cifra era de 1.81 millones.
Los datos, desde la crisis mundial de 2008-2009, la precarización de los empleos se agudizó y no ha conseguido recuperarse.
De acuerdo con el estudio, dado que los registros del IMSS muestran que menos de 200,000 trabajadores afiliados ganan un salario mínimo, se puede inferir que el problema de este tipo de bajo salario se encuentra, en su mayor proporción, en la informalidad y en los micronegocios.
La estabilidad socioeconómica y política de México depende de que se rompa el círculo vicioso de precarización laboral y productiva vigente durante las últimas cuatro décadas. En el caso de México, mejorar la equidad en la distribución de la riqueza no debe disociarse de elevar el crecimiento económico: se debe trabajar en ambas vertientes
dice José Luis de la Cruz.
Por lo que la única forma e romper el círculo vicioso de pobreza y la precarización de las capacidades de consumo es con empleo formal bien remunerado.
Durante los primeros nueve meses del 2019 la situación se erosionó aún más dado que 77% de la ocupación se creo en los micronegocios, esto ante la falta de oportunidades derivada del nulo crecimiento económico.
De acuerdo con el estudio, gran parte de la precarización responde a los bajos salarios que otorgan los micronegocios, ya que 26% de las personas empleadas en dichas unidades económicas recibe, cuando mucho un salario mínimo, mientras que 31% recibe entre uno y dos salarios mínimos.
En tanto, datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social muestran que el poder adquisitivo del ingreso laboral real per cápita aumentó 3.2% entre el tercer trimestre de 2018 y el tercer trimestre de 2019, al pasar de 1,738.78 pesos a 1,794.87 pesos, sin embargo, de manera trimestral hubo una disminución de 0.2% entre el segundo y el tercer trimestre de este año.
“Esta caída en el ingreso laboral real se presenta luego de dos trimestres de incrementos, que coincide con el aumento en el salario mínimo registrado a principios de año. A pesar de los incrementos, el ingreso laboral todavía no alcanza los niveles de ingreso observados en 2008”, dice el Coneval.
Agrega que la inflación anual se encuentra en uno de sus niveles más bajos de los últimos tres años, lo que mitiga el estancamiento del ingreso laboral y, por tanto, no afecta el poder adquisitivo del ingreso laboral.
Por otro lado, a inicios de noviembre 100 empresas con operaciones en el país se aliaron para garantizar que los empleados no ganen menos de 6,500 pesos brutos al mes.
En la iniciativa, llamada “Ingreso por el bienestar”, participan empresas de diversos sectores y tamaño como manufactura y servicios y compañías como Citibanamex, Empresas Tajín, Grupo Zapata, Arca, Nestlé, por mencionar algunas, y se implementará a partir del 1 de diciembre.
En la presentación de la iniciativa, Arturo Zapata, presidente ejecutivo de Grupo Zapata, comentó que, partiendo de la base de que en un hogar trabajan en promedio 1.7 personas, este ingreso quedaría justo por arriba del umbral de ingresos bajos de 11,292 pesos del Coneval.