Vivimos en un periodo de transición entre el mundo del pasado, donde la gente andaba sin cubrebocas y se abrazaba libremente, y el futuro mediato, donde se resolverán las cuestiones que desataron la actual crisis sanitaria y económica mundial. En esta coyuntura, existen algunos pocos grandes ganadores, y una inmensa mayoría que sale perdiendo a causa de la inestabilidad de los mercados y la reducción del poder adquisitivo; en otras palabras, estamos frente a una recesión internacional casi sin precedentes.

El contexto de los casinos online

Esta industria prosperó enormemente en la última década, con crecimientos anuales sostenidos y periodos de ganancias récord, como el 2018.

El juego online es producto de la virtualización de la experiencia humana, donde cada vez más cosas transcurren en el mundo de Internet. Sin embargo, en comparación con el total de la banca, las apuestas online representan una porcentaje muy pequeño; según algunas fuentes, sería el 3%, aunque otros indicadores marcarían un número algo superior.

Sea como fuere, este nicho de apuestas había crecido un 7.15% en 2019, y se esperaba que el 2020 fuera mejor aun mejor, sobre todo debido al desarrollo de los operadores de juegos, que facilitaron la proliferación de los casinos en línea en México, como se puede ver en estafa.info. Esta buena estructura no fue suficiente para capear la tormenta de caídas financieras de este año.

La industria del entretenimiento, víctima principal

El COVID-19 trajo aparejado un nuevo conjunto de normas sociales que implican el distanciamiento físico; así pues, debieron cancelarse todos los espectáctulos y lugares de entretenimiento.

Tal es así que la AIEJA (Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuesta en México) reportó caídas anuales del 30% en comparación con el año anterior.

Las pérdidas del 2020 serían superiores a 33 mil millones de pesos, pero Miguel Ángel Ochoa, presidente de la AIEJA, se mostró confiado en que el 2021 será un año de recuperación.

Los cines también fueron grandemente afectados, dado que las salas ha permanecido cerradas desde marzo. La directora de la Cámara Nacional de la Industria del Cine, Tábata Vilar Villa, estimó pérdidas de 1,500 millones de pesos mensuales, lo cual sumaría, hasta el mes de junio, una merma de 4,500 millones de pesos.

Una de las salidas a este problema fue el uso de Klic, como en el caso de Cinépolis: la empresa reportó un aumento de hasta diez veces el número de usuarios de la plataforma durante las últimas semanas.

Apuestas online, también en crisis

Así pues, ante el cierre de todas las salas de entretenimiento colectivo, se esperaría que las plataformas online salieran ganando. Sin embargo, esto no es así para los casinos online y las casas de apuestas. El principal problema es la suspensión o cancelación del 95% de los eventos deportivos en el mundo. Como es sabido, la mayor cantidad de apuestas son del rubro de los deportes; ante la ausencia de competencias, no hay cómo apostar.

Además, las grandes caídas bursátiles afectaron también a las empresas de juegos online. Por ejemplo, William Hill, la gigante británica del mundo de las apuestas, perdió casi 73% de su patrimonio durante el mes de marzo, y solo pudo estabilizarse al ser incluida en el salvataje económico de la Reserva Federal y del gobierno del Reino Unido.

Por su parte, GVC, firma propietaria de operadores de juego como Bwin y Ladbrokes, ha anunciado caídas anuales que oscilan entre los 130 y 150 millones de libras.

Este deterioro de la estructura financiera de los operadores de juego ha conllevado a la pérdida de empleo, lo cual empeora la situación global aun más. Algunas empresas, como Bet365, han intentado mantener un plan de seguridad laboral para sus empleados durante el 2020, con el fin de contribuir a la estabilidad económica mundial; los esfuerzos, si tales han sido, fueron hasta ahora infructuosos.

Entonces, ¿todas las industrias están en caída?

Como es sabido, toda crisis es generadora de oportunidades; oportunidades para quienes generan las crisis, dirán los más escépticos y descreídos. Lo cierto es que la industria de los guantes ha creado un nuevo sector de multimillonarios en Asia, que se vieron enormemente beneficiados por el endurecimiento de las normas sanitarias globales.

Algunos dirán que es evidente que los productores de insumos higiénicos prosperen durante épocas de pandemia; otros, quizás, encontrarán vínculos sospechosos entre las causas de la crisis y los sectores enriquecidos. Sea como fuere, hay algunos pocos que han hecho un muy buen negocio con el covid.