La demanda del vino cayó a su nivel más bajo desde 1996, de acuerdo con la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OVI), debido a la inflación en los precios y a problemas relacionados al cambio climático.
La OVI estimó que el consumo mundial del vino durante 2023 fue de aproximadamente 221 millones de hectolitros (un hectolitro equivale a 133 botellas de vino estándar), esto representó un decremento del 2.6% en comparación con lo registrado el año anterior.
Esta problemática en el consumo de la bebida en parte se debió a las tensiones geopolíticas en Ucrania y las crisis energéticas derivadas de ello, porque provocaron un alza en los costos de producción y distribución. En consecuencia, el bolsillo de los consumidores se vio afectado por el incremento récord en el precio del vino.
Cambio climático afecta la producción de vino en el mundo
Por otra parte, el cambio climático impactó en la producción de vino. Las heladas tempranas, fuertes lluvias, sequía, temporadas con climas anómalos y enfermedades fúngicas generalizadas provocaron que algunos países tuvieran la fabricación más baja en casi 80 años.
Italia fue una de las regiones más afectadas en el año, presentando los niveles más bajos desde 1950, con 38.3 hectolitros de producción que representan un descenso de más del 23% comparado con lo presentado en 2022. Con ello, el país perdió su liderazgo vitivinícola frente a Francia.
Por su parte, en el continente americano, Chile fue el más afectado debido a una primavera tardía, por lo que el país produjo en promedio 17% menos que el año anterior. Estos problemas causaron que la OVI en 2023 rebajara su estimación de elaboración de esta bebida, pasando de una proyección inicial de 244 hectolitros a 237 hectolitros.
El organismo esperaba un repunte para Australia y Argentina, los mayores productores del hemisferio sur; sin embargo, tras la caída el año pasado se mantendrán en un 4% y 6% respectivamente.
Con información de Bloomberg
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