La economía de México trazó un rumbo de fortaleza en 2024 que comenzó durante el cierre del año pasado, cuyo talón de Aquiles sigue siendo la industria manufacturera.

La apreciación del ‘superpeso’, la tasa de interés sin cambios y la estabilidad del mercado bursátil tanto nacional como estadounidense son elementos que fungieron como apoyo de la aceleración que mostró la actividad económica.

El Indicador Adelantado se ubicó en 100.42 puntos en enero de 2024, situándose por décima vez al hilo por arriba de su tendencia de largo plazo (100 puntos), de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Con dicho nivel, el indicador, que busca anticipar los puntos de giro del estado general de la economía (ciclos económicos), creció 0.09 puntos, hilando tres meses con alzas.

Economía mexicana sólida pese a eventualidades

El crecimiento del Indicador Adelantado sorprendió a los mercados si se considera el impacto del huracán Otis en Acapulco, la vulnerabilidad de las exportaciones, la continuación de conflictos geopolíticos y la debilidad del consumo.

Pese a que se enfrió en la recta final, la actividad económica logró expandirse 3.2% en 2023. Prevemos que el crecimiento del PIB se modere en 2024 a 1.9%, producto de un menor crecimiento económico externo y una política monetaria restrictiva

explicaron analistas de Ve por Más (BX+).

Por un lado, estimaron que la inversión fija bruta se desacelere por los elevados costos financieros y la incertidumbre en obras federales por los procesos electorales en México y Estados Unidos, lo que implicaría una generación de empleos menos fuerte.

También proyectaron que las exportaciones mantendrán cierta atonía en el corto plazo, en línea con el deterioro de algunos indicadores oportunos del sector industrial estadounidense.

El lastre de la manufactura

De los seis componentes del Indicador Adelantado, solamente uno fue factor negativo para la economía de México: tendencia del empleo en las manufacturas, con una baja de 0.20 puntos.

Esta disminución mensual representó 12 meses seguidos con variaciones negativas; la merma en la manufactura mexicana proviene de la debilidad industrial en Estados Unidos.

Según cifras de la Reserva Federal, la producción manufacturera de la Unión Americana cayó 0.9% a tasa anual durante enero pasado, siendo el undécimo descenso al hilo.

Los factores positivos

En tanto, los componentes que incentivaron a la actividad económica fueron el Indicador de Confianza Empresarial: Momento adecuado para invertir, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores en términos reales, el Índice S&P 500, el tipo de cambio y la tasa de interés.

El primero aumentó 0.03 puntos, su decimocuarta alza seguida, cuyo optimismo de la iniciativa privada proviene del efecto de la relocalización de empresas (nearshoring).

Destaca el caso del subíndice de la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE), que, de acuerdo con el Sistema de Indicadores Cíclicos del Inegi, disminuyó 0.08 puntos, mostrando 10 bajas consecutivas, tras un periodo de dos años con alzas, pero su comportamiento es inverso al de la actividad económica.

Esta dinámica obedece a que recientemente el Banco de México (Banxico), para controlar los niveles inflacionarios, decidió mantener el objetivo de 11.25%.

También sobresale la baja de 0.07 puntos en el tipo de cambio real México-Estados Unidos, pero se interpreta como la tasa de interés; en enero cayó por tercera vez seguida.

Esto manifiesta la fortaleza del peso frente a la moneda estadounidense en el periodo de análisis, pues pasó de 18.79 pesos por dólar en enero de 2023 a 17.16 pesos en igual mes de 2024, dando una apreciación mensual de 8.7%.

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