La Secretaría de Hacienda enfrentará otra prueba de fuego con la declaración anual del ejercicio fiscal de 2018, la cual se presenta en abril, luego de que la economía registró una ligera desaceleración.

La economía creció 2% en 2018 frente a 2.3% de 2017, según datos oportunos del INEGI, lo que puede representar una amenaza para la recaudación tributaria, en particular vía IVA e ISR.

Es una probabilidad que haya una disminución en la recaudación fiscal porque una desaceleración en la economía infringe en menos ventas y una menor facturación. Mientras no se disminuya esa desaceleración, es muy alta la probabilidad de una recaudación menor

dijo Guillermo Mendieta, presidente de la auditoría fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México.

Una menor recaudación implica menores ingresos para el gobierno, tan solo en enero los ingresos tributarios representaron 71% de los ingresos totales del sector público.

En medio de esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una agenda ambiciosa de programas sociales y proyectos de infraestructura, como la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el Tren Maya en el sureste del país.

En caso de que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tenga un bajo nivel de recaudación puede tomar algunas medidas para endurecer la fiscalización a los contribuyentes. Una de ellas es ejercer la facultad de revisar los ejercicios fiscales con cinco años de antigüedad, y en los casos que lo requieran, solicitar a los contribuyentes el pago de impuestos, como establece el Código Fiscal de la Federación.

Una opción extrema es endurecer los requerimientos para la devolución de impuestos al hacer más exhaustivas las revisiones de solicitud y poner un límite al monto a devolver por concepto de IVA o ISR.

Un punto favorable para este año y que puede ayudar a eliminar la presión para las autoridades fiscales es la eliminación de la compensación universal. Esto quiere decir que los contribuyentes ya no podrán recuperar saldos a favor de IVA contra otros impuestos de forma automática.

Ahora deben recibir la autorización del SAT, medida con la que la autoridad fiscal prevé recuperar saldos por 260,500 millones de pesos para este año.

“La eliminación de las compensaciones fiscales va a ser relevante para el actual ejercicio fiscal, esta es una medida que elevará los niveles de recaudación entre 15 y 20%”, dijo Mendieta.

Futuro bajo presión

Para este año, el consenso de los analistas espera un menor crecimiento económico. El Banco de México estima un crecimiento de 1.6%, frente a la meta del gobierno de 2%, como resultado del cambio de administración y factores como el cierre de las vías férreas en Michoacán, el desabasto de combustible y el paro de maquiladoras en Matamoros, Tamaulipas.

Lo anterior también amenaza con presionar la recaudación tributaria de este año, aunque por lo pronto, en enero, Hacienda recaudó 318,497 millones de pesos por ingresos tributarios, 2.3% real más frente al mismo lapso de 2018.

Si la economía continúa desacelerándose vamos a tener menos ingresos por IVA e ISR y si hacia 2020 se mantiene este escenario habría que pensar en una reforma fiscal que permita al gobierno no tener recursos limitados, pero sin elevar los impuestos porque un alza al IVA, por ejemplo, afectaría a la inflación y al crecimiento de la economía

comentó Rodrigo Rodríguez, analista de Visor Financiero.

Los especialistas consultados coinciden en que en caso de tener una menor recaudación, el paso más importante para Hacienda será emprender medidas para reducir el gasto en caso de que advierta una menor actividad económica.

Para este año, Hacienda proyecta ingresos tributarios por 3.31 billones de pesos frente a los 3.06 billones que obtuvo en 2018.