La Secretaría de Bienestar y el Banco de Bienestar apostarán por las cooperativas para acceder a un mayor porcentaje de la población, pero el establecimiento de reglas claras de operación y los costos que esta asociación representará se erigen como los principales obstáculos para la meta del gobierno federal.
Las cooperativas tienen permiso de hacer cierto tipo de préstamos. Al ser este enlace con el banco pueden aumentar su alcance a clientes que actualmente no están cerca. Es algo que ya pasa por ejemplo con las Sofomes que los bancos utilizan bajo cierta regulación. Es una práctica que funciona y se ha hecho mediante otros modelos.
Leopoldo Jacome, maestro en Derecho Corporativo
El reto de poner en marcha un modelo similar dentro de la banca de desarrollo es que el Banco de Bienestar planea también aumentar 200 sucursales, meta que expertos consideran demasiado agresiva para el presupuesto que se tiene asignado. Además, el instituto encargado de apoyar a las cooperativas está viviendo momentos difíciles en este sexenio.
El INAES tiene programas para los organismos del sector social de la economía. Este programa, que está enfrentando un recorte del 70%, tiene apoyos para la banca social: la creación de bancas financieras en lugares donde no las hay. Actualmente hay muchas en los pueblos más alejados y son carísimas, por lo que uno se pregunta si de verdad atienden a las poblaciones más vulnerables.
Alejandra Macías, directora de Investigación del CIEP
Programas como Sembrando Vida incluyen también un concepto de ahorro comunitario, el cuál Macías consideró que requiere reglas claras para establecer quién tendrá el control de estas cuentas y quién podrá tomar decisiones sobre ellas, pues también serán manejadas a través de cooperativas.
Para Macías, será fundamental establecer reglas de operación claras y efectivas para estos programas, pues la reducción de presupuesto del INAES, la falta de delegaciones en los estados y los posibles retos de coordinar a todas las instituciones participantes podría traducirse en una operación poco eficiente.
(Las cooperativas) deberán ser reguladas y obtener la autorización de la CNBV. Esto se obtiene cuando el capital con el que van a manejarse proviene de un banco (en este caso el Banco de Bienestar). En este caso el Banco de Bienestar adoptaría a ciertas cooperativas como si fueran sus Sofomes y establecer reglas operativas.
Leopoldo Jacome, maestro en Derecho Corporativo
Según el Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública, en 2016 existían 1,893 sucursales de cooperativas de ahorro y préstamo en nuestro país. La inclusión de estas como parte del brazo operativo de Banco de Bienestar lo acercaría a su meta de 7,000 puntos de atención a usuarios para el final del sexenio.
Sin embargo, el uso de cooperativas no garantiza una disminución en el gasto público que se tendrá que ejercer para llegar a los 28 millones de beneficiarios combinados de los programas de asistencia social del gobierno federal. “(Hay que revisar) los costos que tendría para llegar hasta donde la quieran llevar, porque como banca de desarrollo también tiene un presupuesto público”, externó Macías.