La confianza empresarial rompió su racha negativa durante octubre pasado, aunque el efecto rebote fue su principal aliado.

Más allá de que el PIB nacional sorprendió de forma positiva en el tercer trimestre del año, solamente uno de cuatro sectores mostró optimismo: servicios.

De acuerdo con datos desestacionalizados de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE) del Inegi, el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) general creció 1.4 puntos mensuales en octubre del 2022, tras cinco meses con caídas al hilo.

 

ICE

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Este crecimiento se dio con una baja base de comparación, es decir, por un efecto rebote. Lo anterior se ve en el ICE, que se colocó en 46.98 puntos, consiguiendo cuatro meses consecutivos por bajo del umbral de 50 puntos.

El PIB como aliciente

También es importante añadir que el dato del PIB nacional inyectó confianza a la Iniciativa Privada del país, al asustar el fantasma de la recesión.

Según la estimación oportuna, con ajuste estacionario, del Inegi, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 1.03% a tasa trimestral en el periodo julio-septiembre del 2022, hilando un año con alzas, además de que fue superior a la estimación del mercado, de 0.80%.

A tasa anual, el PIB nacional incrementó 4.3%, el mejor resultado en los últimos cuatro trimestres, con lo cual se logró un aumento acumulado de 2.7% en los primeros nueves meses del año, rebasando la meta de 2.4% del gobierno federal.

Riegos latentes

Sin embargo, la confianza empresarial se podría opacar si la inflación no cede, dando pie a que los bancos centrales sigan con el endurecimiento monetario que desincentivará a la actividad económica.

Otros factores que también mermarían la confianza de la IP serían la posibilidad de que Estados Unidos entre en recesión y la continuación de conflictos geopolíticos.

Así como los confinamientos en China en provocan disrupciones en las cadenas de suministro globales y el miedo en los mercados por el endurecimiento monetario de la Reserva Federal (Fed) para revertir los altos niveles inflacionarios en la Unión Americana.

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Motor económico continúa sin carburar

Los sectores económicos que considera el ICE son manufactura, construcción, comercio y servicios; solo este último presentó un crecimiento, que fue suficiente para compensar las caídas en las otras ramas.

El más importante por su peso en la economía mexicana es la industria manufacturera, que mostró un descenso mensual en octubre, de 0.4 puntos, la sexta baja seguida.


Este pesimismo manufacturero se depositó principalmente en la desconfianza del empresariado en la situación económica futura de la empresa, con una disminución de 0.8 puntos.

Otro descenso importante se dio en el indicador sobre la situación económica futura del país (0.4 puntos), demostrando, ambos resultados, que hay incertidumbre sobre el rumbo que tomará la economía mexicana.

Desplome en comercio

El desplome sectorial más pronunciado del ICE en octubre pasado fue en comercio, con una diferencia mensual de 0.8 puntos, la sexta caída al hilo.

La mayor desconfianza de los empresarios dedicados a este sector correspondió tanto al momento adecuado para invertir (disminuyó 1.5 puntos) como en la situación futura de la empresa (0.8).

Por su parte, el ICE de servicios no financiero aumentó 3.5 puntos mensuales, después de cinco reducciones consecutivas, contribuyendo también un efecto rebote.


El ICE de la construcción se contrajo 0.5 puntos, extendiendo su racha a ocho meses con bajas y dejando de lado los beneficios por las grandes obras federales como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o el Corredor Transístmico.