La renuncia de Carlos Urzúa como secretario de Hacienda era sólo cuestión de tiempo, aunque su anuncio y los motivos que señaló resultaron una bomba para los mercados financieros.
Urzúa, un reconocido académico, es un viejo conocido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en el 2000 lo llamó para encargarse de la Secretaría de Finanzas del entonces Distrito Federal, puesto que dejó tres años después para regresar a las aulas.
Carlos Urzúa ha dejado claro su preferencia a la academia sobre los puestos en el sector público. El matemático con doctorado en economía por la Universidad de Wisconsin fundó en 2003 la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, y ha sido catedrático desde que tenía 22 años.
Era un puesto importante. Ser secretario de Finanzas del gobierno del Distrito Federal representa ahorita manejar alrededor de 170,000 millones de pesos, es un presupuesto mucho mas grande que muchos países de Centro y Sudamérica, es un gobierno muy complicado. Aun así me vine porque tengo esta creencia de la importancia de la educación
dijo en una entrevista al Tec de Monterrey tras su renuncia en 2003.
Pero ahora su renuncia no fue por su deseo de regresar a la academia sino a sus diferencias con personajes clave dentro del gobierno: Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia –ahora uno de los hombres más cercanos al presidente– y la jefa del SAT, Margarita Ríos-Farjat, recomendada por Romo.
Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés
dijo Urzúa en su carta entre los motivos de su renuncia, sin mencionar nombres.
La noticia resultó dinamita dado que deja ver los desacuerdos al interior del equipo económico y asegura que hay decisiones que se implementan sin sustento.
La renuncia del Secretario de Hacienda pone en evidencia disputas de fondo dentro de la administración en torno al proceso de toma de decisiones en materia de política económica
publicó en una nota Jaime Reusche, analista soberano de Moody’s.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia de este miércoles que él le encargó a Alfonso Romo que ayudara en la coordinación para el funcionamiento de la banca de desarrollo lo cual no fue del agrado de Urzúa.
El Plan Nacional de Desarrollo también generó desacuerdos entre el propio presidente y Urzúa. “Imagínense lo que es eso, que me presentan un plan de desarrollo, lo veo y desde mi punto de vista no reflejaba el cambio, era como si lo hubiese hecho Carstens o Meade, con todo respeto”, dijo el mandatario.
Conocidos de Urzúa coinciden en que es un hombre congruente con sus principios y economista con amplios conocimientos técnicos y capaz de reconocer cuando una medida o una política publica no funciona e implementar los cambios necesarios.
No es un economista dogmático, es muy práctico, tiene la mente abierta. Tiene una mente sin ataduras
dijo en una entrevista previa Jorge Miranda, asesor principal de comercio internacional en King & Spalding y quien conoció a Urzúa hace 20 años, cuando fue profesor en la Universidad de Georgetown.
Para José Antonio Quesada, profesor de Finanzas en EGADE Business School, y uno de los compañeros de Urzúa, el ahora exsecretario es un economista con una alta autodisciplina y creyente de la economía de mercado pero con inclusión y desarrollo económico.
Luego de que Urzúa anunció su renuncia en un tuit, el peso mexicano cerró el martes con una pérdida de 1.34% y el IPC de la Bolsa Mexican con una caída de 1.77%. En la jornada del miércoles la moneda mexicana consiguió moderar sus pérdidas al cerrar con una depreciación de 0.10% y el tipo de cambio spot finalizó en 19.1885 unidades por dólar.
En este sentido, López Obrador aclaró que Urzúa le propuso esperar hasta el sábado para dar a conocer su renuncia y no ocasionar volatilidad en los mercados financieros.
Yo lo dejé en libertad, no le dije: ‘No des a conocer la renuncia, no la hagas pública’. Y me dijo: ‘El sábado’, pensando en que se podía generar un problema económico financiero, de ajustes, los mercados. Lo mismo. Le dije: ‘No, no, parte del cambio es que también actuemos de otra manera’
dijo el presidente López Obrador.
López Obrador comentó que “el peso está fortachón, aguanta y se recuperó”, y que en su gobierno ya no hay “sabadazos”, por lo que optó por no esperar para dar a conocer la notica.
Arturo Herrera fue nominado casi de manera inmediata por el presidente para ocupar el cargo que Urzúa dejó vacante. Herrera, también un viejo conocido de López Obrador, ha sido en los últimos meses la cara del gobierno federal ante los participantes de los mercados financieros internacionales, quienes dejaron ver su beneplácito por el nombramiento.
“La designación del Subsecretario Arturo Herrera −funcionario de reconocido prestigio y capacidad técnica− como nuevo titular de la dependencia mitiga las preocupaciones inmediatas que pudieran haber surgido, limitando su impacto en los mercados financieros”, dijo Reusche.
No obstante, la renuncia de Urzúa y sus razones dejan de manifiesto las fricciones personales al interior del gobierno de López Obrador, así como la posible toma de decisiones sin sustento.
Aunque Herrera también ha tenido algunos desencuentros con otros miembros del gabinete, como Rocío Nahle, secretaría de Energía, debido al tema de la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco.
Herrara comparecerá el próximo martes en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados y el jueves 18 de julio será ratificado en el Pleno.