Brasil y México se enfrentan a realidades distintas, pero con el mismo propósito en mente: atraer inversionistas.
Brasil vivió una realidad económica muy distinta a la mexicana los últimos años. Entre 2015 y 2016, la economía brasileña se contrajo 3.5 y 3.3%, respectivamente. En el mismo lapso, el Producto Interno Bruto de México creció 3.3 y 2.9%.
Ahora, por lo menos, las perspectivas son distintas.
“En México enfrentamos una desaceleración económica, pero con el temor de mayores gastos por parte del gobierno. En Brasil, vienen de una crisis económica con la idea de mayor disciplina fiscal y con la intensión de aplicar reformas profundas”, dijo Manuel José Balbontín, presidente ejecutivo y estratega senior de Compass Group, al participar en el X Seminario Internacional de Inversiones.
En materia macroeconómica Brasil viene de menos a más. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que la economía del país sudamericano crecerá 2.4% en 2020 y México, 2%, de acuerdo con sus pronósticos dados a conocer este miércoles.
Si el panorama de la OCDE es correcto, será la primera vez desde el 2013 que México crecerá por debajo de Brasil.
“Mientras en México se buscan frenar las reformas estructurales, en Brasil es lo contrario. Jair Bolsonaro, presidente brasileño, busca implementar reformas al sistema de pensiones y al de impuestos. El gobierno de Bolsonaro está enfocado en mejorar su posición en el índice de competitividad y se está hablando de apertura de Brasil al mercado global”, comentó Balbontín.
Tasas de interés, clave para México
México tiene una gran ventaja sobre cualquier otro país emergente, elevadas tasas de interés, con inflación controlada. Lo anterior provoca que invertir en México sea atractivo.
“Mientras las tasas de interés en México sean elevadas (se mantengan en 8.25%), el país lucirá atractivo para las inversionistas”, dijo Luis de la Calle, director general y socio fundador de De la Calle, Madrazo, Mancera, tras participar en el Seminario.
Por el momento, la presión que tenía Banco de México (Banxico) para mantener una política monetaria dura ha disminuido. Por un lado, la inflación entró en el rango objetivo de Banxico (3%, +/-1%) y, en la parte internacional, la Reserva Federal ha decidido frenar su alza de tasas de interés.
Ambos efectos lo que han provocado es la llegada de inversionistas extranjeros que buscan más rendimiento. Al 25 de febrero, los inversionistas extranjeros tenían 2.22 billones de valore gubernamentales, de acuerdo con datos de Banxico.
El riesgo que pesa sobre la región latinoamericana, y el mundo en general, está en la parte de la política.
“La política en el mundo es disfuncional y tiene que ver con una realidad global: inequidad en el ingreso de las personas. Mientras persista esa situación los candidatos y presidente de los países se irán más a extremos políticos”, comentó Balbontín.