Las últimas cifras sobre desempleo han comenzado a prender algunas alertas, sin embargo, la recuperación real de los salarios del país es una buena noticia dado que esto tiene una incidencia directa en el consumo nacional.

El aumento real en el salario nos habla del poder adquisitivo que tienen las personas y es un factor que ayuda a que el consumo privado en los hogares siga creciendo a lo largo de este año, que es el principal motor de la actividad económica en el país

dijo Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Ve por Más.

La tasa de desempleo se elevó a 3.6% en marzo desde 3.4% del mes previo. Este porcentaje representó el nivel más alto en su comparación mensual desde diciembre de 2016.

Por el contrario, el salario diario de los empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se ubicó en 373.60 pesos por día en febrero, un crecimiento de 6.9% en comparación con el mismo mes del año pasado.

Mientras que, el ingreso laboral real aumentó 2.9% a 1,717.90 pesos durante el último trimestre de 2018, desde los 1,669.31 del mismo lapso de 2017. Lo anterior redujo la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria en 0.3 puntos porcentuales, de 41% a 39.8%, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Este año el salario mínimo se estableció en 102.68 pesos diarios desde los 88.36 pesos del año pasado. Para los estados de la frontera norte se elevó a 176.72 pesos por día.

Esta medida dio impulso al salario que reciben los trabajadores mexicanos, sin embargo, la administración federal deberá ser cuidadosa y evitar políticas intervencionistas que propicien que estas alzas se traduzcan en mayores niveles de desempleo, ante los altos costos que representará para las empresas.

El lado oscuro del crecimiento salarial

Aunque el incremento en los salarios de los mexicanos es una buena noticia, su aumento se concentra en algunas actividades, como la manufactura, situación por la que estos crecimientos benefician a mexicanos de los estados en los que se han creado algunos clústeres industriales.

En entidades como Baja California Sur y Nuevo León, más de 70% de la población tiene ingresos superiores a la línea de bienestar (canasta alimentaria más no alimentaria), mientras que en estados como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla, menos de 35% de las personas tienen ingresos suficientes para superar esta barrera, según el Coneval.

En el corto plazo, el gobierno federal tendrá que ofrecer una mejor calidad educativa para que los estados más rezagados del país atraigan mayores inversiones de la iniciativa privada al contar con profesionales y técnicos capacitados para emplearse en las diversas industrias.

Adicionalmente, deberá implementar políticas públicas que propicien una mejor distribución de las inversiones y aunque los resultados no serán tangibles en el corto plazo, el nivel salarial de los mexicanos podrá repuntar y salir del fondo del índice de calidad de ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, en donde ocupa el último escaño de los 37 países miembros.

El promedio de la recuperación de los salarios es poca, mientras que la calidad en los empleos que se crean es mala y eso afecta los salarios. Tenemos el gran problema en la calidad educativa que no permite que se generen empleos de mayor calidad

dijo Jorge Sánchez, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef).