Para recuperar la confianza de los ciudadanos en la administración pública, Morena lanzó una iniciativa de ley que pretende que el cobro de impuestos esté basado en la confianza y no en la fiscalización, como la que se ha implementado en los últimos años.
Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena en el Senado, presentó la iniciativa que busca reconstruir la confianza de la ciudadanía en un esfuerzo por eliminar la corrupción en México, que puede costar entre 2 a 10% del Producto Interno Bruto.
El proyecto de la Ley de Fomento a la Confianza Ciudadana indica que el nuevo gobierno instaurará un nuevo esquema de cobro de impuestos basado en “tenerle confianza al ciudadano, en lugar de tratarlo como a un delincuente”. Con ello se pasará de la fiscalización al principio de “la buena fe”.
En la actual administración, el gobierno apostó por una mayor fiscalización y la adopción de tecnología para acelerar la recaudación tributaria con la e-contabilidad y las facturas electrónicas.
En los primeros meses del 2015 el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, ahora Tribunal Federal de Justicia Administrativa, destinó 2,495 millones de pesos para la impartición de justicia fiscal y administrativa, un alza de 12.3% real anual.
En medio de esto, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) aceleró el control y auditorías para fiscalizar a los contribuyentes con una menor inversión.
Con 571,508 auditorías obtuvo 889,065 millones de pesos entre enero del 2013 y septiembre del 2018, mientras que los 266.60 millones de actos de control –como el correo electrónico o el buzón tributario– le generaron 237,797 millones de pesos en el mismo periodo.
No habrá inspectores pero sí debiera haber un sistema de rifas (sorteos fiscales), para que te presentes, no una inspección, sino que entregues tu papelería a detalle (…) Pero si simplemente no hay rifas y declara el que quiera, será un gran fracaso
Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
El documento plantea integrar un Padrón Único de Confianza con la información de los contribuyentes que voluntariamente se inscriban. Al hacerlo, deberán manifestar, bajo protesta de decir verdad, que están al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones regulatorias y fiscales y que se comprometen a seguir cumpliendo.
Al momento de que un contribuyente se inscriba en el Padrón, las autoridades asumirán que operan en el marco de la ley, lo cual reducirá las inspecciones o facultades de comprobación de las autoridades que, según la iniciativa, algunas veces resultan excesivas o innecesarias y que incluso pueden fomentar la cultura de la corrupción, ya que por falta de una administración más efectiva se generan incentivos de ambas partes para incurrir en actos de corrupción.
Con el Padrón, en cambio, se busca pasar a un esquema de revisión por insaculación (por sorteo), se brindarán estímulos para estar dentro de la ley y se desincentivarán los motivos para continuar con esquemas ilícitos.
“Se ha rumorado que hay corrupción en niveles bajos del SAT, entonces si las rifas y estas cartas te sirven para limpiar, lo vería bien, pero creo que tiene que ser algo temporal y deben presentar un nuevo diseño muy rápido. Las rifas deben ser transparentes, porque un SAT con un tufo de discrecionalidad no nos conviene”, dijo Villarreal.
El estar inscritos al padrón otorgará beneficios y facilidades administrativas a los contribuyentes, dado que ya la ley propone la creación de un órgano que aprobará las acciones y programas sectoriales, de acuerdo con el ámbito de competencia de cada secretaría, para la implementación de beneficios y facilidades administrativas.
Este órgano sería dependiente de la Secretaría de Economía, la cual aprobará las acciones y programas sectoriales.
A mediados de octubre, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador dijo en un discurso que los inspectores del SAT, la Secretaría de Salud y la Procuraduría Federal del Consumidor no existirán en su gobierno, ya que los ciudadanos firmarán un documento en el que se comprometen a actuar con rectitud.
Ya no va a haber inspectores de calle, esos inspectores de la vía pública, porque todas las secretarías tienen inspectores (…) Entonces, el que tiene una pequeña tienda, el que tiene una pequeña empresa, ahí llega el inspector y ‘a ver, tus papeles’. Nada, va a recoger el moche
Andrés Manuel López Obrador.