Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cerró su gobierno con un mercado laboral optimista, sin embargo, los pendientes que quedaron por resolver —que se traspasan a la administración de Claudia Sheinbaum Pardo— son los altos niveles de informalidad y la subocupación.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de desocupación se ubicó en 2.74% de la población económicamente activa (PEA) en septiembre pasado.

Con este resultado se hilaron 23 meses por debajo del umbral de 3%, mientras en comparación con el inicio de la administración de AMLO, el indicador disminuyó 0.81 puntos porcentuales.

“Las cifras del empleo se suman a una visión positiva respecto al desempeño de la actividad económica rumbo a las cifras revisadas del PIB del 3T24. Asimismo, el empleo por sectores deja la ventana abierta de un posible impulso del empleo en los servicios, comercio y manufacturas, recordando la aceleración registrada en las cifras preliminares del PIB”, se lee en un reporte de Monex.

Baja informalidad, pero sigue alta

La tasa de informalidad laboral, que considera a los ocupados laboralmente vulnerables por la naturaleza informal de la unidad económica para la que trabajan o que su vínculo laboral no es reconocido por su fuente de trabajo, también se bajó en el mandato federal pasado.

Para el noveno mes de 2024, esta tasa se ubicó en 54.10% de los ocupados, que, al igual que la desocupación, retrocedió 2.52 puntos porcentuales respecto al comienzo del gobierno obradorista.

No obstante, esta tasa sigue siendo elevada para el mercado de trabajo de la República Mexicana, ya que aún 54 de cada 100 personas ocupadas en territorio nacional son informales.

Subocupación, alza

Otro de los puntos desfavorables del sector trabajo de México fue la tasa de desocupación, que corresponde a las personas que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas.

El periodo presidencia de AMLO comenzó con una tasa de subocupación de 7% de la población ocupada del país, la cual pasó a 7.81% en septiembre pasado.

Es decir, los altos niveles de informalidad y el crecimiento de la subocupación son los principales pendientes laborales de la presidente Claudia Sheinbaum, quien cuenta con una PEA de 61.2 millones de personas.

Visión favorable

Los especialistas de Banorte señalaron mantener una visión optimista sobre el mercado laboral y la demanda de trabajo. Sobre esta última consideran que se logrará mantener cierta solidez en el 2025, con algunos vientos a favor en el horizonte, destacando:

  1. La puesta en marcha de algunos proyectos de infraestructura a nivel federal
  2. El incremento al salario mínimo y su ‘efecto faro’
  3. El impulso del nearshoring, especialmente en el norte, Bajío y centro del país
  4. Una mejoría relativa en el campo (con menores niveles de sequía) a pesar de posibles heladas en los primeros meses
  5. La posible aceleración de la actividad industrial en Estados Unidos
  6. La escasez de mano de obra en puestos técnicos, pero también en el campo

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