El presidente Andrés Manuel López Obrador mandó una propuesta de reforma a la Ley de Infonavit, la cual ha sido bien recibida, aunque algunos opinan que se debe a que no tiene cambios demasiado “novedosos”.
Los principales puntos que incluye es la posibilidad de que los trabajadores utilicen su crédito hipotecario para la compra de un terreno, elimina el límite al número de créditos que el trabajador puede solicitar durante su vida laboral, y permite que trabajadores que ya no cotizan hagan uso de sus ahorros acumulados.
Victor Manuel Borrás, director de la financiera Bien para Bien, destaca que hay cosas muy buenas que se están incluyendo y que estaban pendientes de años anteriores, como que el derechohabiente elija qué hacer con su crédito, si comprar una casa, pagar un pasivo o construir un terreno propio.
Lo único que me llama la atención es no hayan dicho que esto ya se hace en Infonavit desde el 2004
Agregó que de la reforma, uno de los principales puntos a favor es la incorporación de que los derechohabientes tengan la posibilidad de contratar más de dos créditos.
“Abre la posibilidad a que tengan todos lo créditos que sean necesarios siempre y cuando se haya pagado el anterior y eso abre posibilidad para que los derechohabientes tengan una “carrera” en términos de vivienda y empezar a buscar un departamento chico, luego uno más grande, luego una casa”.
Sin embargo, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) considera que la reforma requiere de una discusión pública amplia, pues el Infonavit y el Fovissste administran recursos que ascienden a 1.878 billones de pesos, producto del ahorro de los trabajadores y de las aportaciones patronales.
Reconocen que la modificación presenta beneficios, pero también riesgos considerables, por ejemplo, el otorgamiento directo del ahorro.
“No permite garantizar el uso correcto de los recursos para la vivienda, especialmente en el caso de la autoproducción. En ausencia de reglas claras y controles bien definidos, se puede propiciar una utilización inadecuada de los recursos del Fondo Nacional de Vivienda y del Fovissste”, indica el análisis del IMCO.
Otra de las preocupaciones es la posibilidad de que los derechohabientes que ya no cotizan de manera activa obtengan crédito.
“Si bien puede ser un mecanismo de inclusión, es financieramente riesgosa y requiere de un plan claro de implementación y controles”, indican.
La modificación es benéfica, en opinión de Víctor Manuel Borrás, pues considera que es viable que los derechohabientes tengan la posibilidad de utilizar ese ahorro generado, por ejemplo para su jubilación.
“Me parece que es algo correcto y no tanto por darle un crédito a esa persona pero si que use los recursos que acumuló cuando fue un trabajador formal para pagar una deuda o comprar una casa”.
Añade que es un apoyo para poder usar los recursos con anticipación. “Hasta donde recuerdo, no son saldos muy altos pero pueden disponerse al momento de la jubilación”, indicó Borrás.