Entre la Calle 30, Avenida Doce, Calle 34 y Décima Avenida de Manhattan, Nueva York, se edifica el Hudson Yards, un complejo de usos mixtos que será una nueva y pequeña ciudad dentro de la Gran Manzana.
Este proyecto desarrollado por el Departamento de Planeación Urbana de Nueva York, en conjunto con las Autoridades de Transporte Metropolitano de la ciudad, es el mayor de la historia en su categoría: contendrá 16 rascacielos que sumarán 1,180,000 metros cuadrados entre oficinas, espacios residenciales y comerciales y albergará algunos de los corporativos más importantes del mundo.
Entre sus espacios, destacan 557,000 metros cuadrados de superficie para oficinas, 70,000 m² para comercios, así como un hotel, un centro cultural, 5,000 viviendas, una escuela para 750 alumnos y 56,500 metros cuadrados de espacio público al aire libre.
A cargo de Oxford Properties, Hudson Yards pretende ser la nueva sede mundial de las principales firmas globales, como la administradora de fondos KKR, y así dejar vacíos los tradicionales baluartes corporativos de Manhattan, adelanta Financial Times.
Los esfuerzos no han sido en vano, pues Larry Fink ya ha comenzado la mudanza de BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, a Hudson Yards; también el abogado David Boies y su bufete de abogados Boies Schiller Flexner, a los que se suman los gerentes de fondos de cobertura Daniel Loeb y Steven A Cohen, entre otros.
Según el medio británico, Hudson Yards, con sus oficinas vibrantes y sus abundantes servicios, podría ayudar a sus inquilinos a atraer a una nueva generación de trabajadores con diferentes expectativas.
“No vinieron a buscar oficinas”, explicó Jeff Blau, director ejecutivo de la inmobiliaria Related a FT. “Vinieron porque se dieron cuenta de que esta es la forma en que la gente quiere trabajar, y este es el lugar de trabajo del futuro”, añadió.
Sus torres están construidas en la parte superior de una plataforma que se encuentra sobre un patio de trabajo. Sus constructores edificaron columnas de 90 toneladas para soportar el peso. También diseñaron un sistema de enfriamiento personalizado para el suelo dentro de la plataforma para que las raíces de los árboles no se sobrecalienten.
Con ventanas de techo a piso, elevadores y torres sin columnas interiores -es decir planos ininterrumpidos-, Hudson cuenta con adornos que deslumbrarán a una generación cuya vida profesional y personal se ve cada vez más borrosa, aseguró el Financial Times.
Blau considera que un millennial podrá pasar su día entero en el complejo; desde registrarse en una oficina de planta abierta, hacer yoga en el gimnasio Equinox, y luego trabajar en su laptop desde una de las cafeterías o espacios públicos de Hudson Yards.
Para el entretenimiento, Hudson Yards cuenta con un centro de arte retráctil de 600 millones de dólares, The Shed, que se desplegará en una de las principales plazas para albergar actuaciones.
Uno de los mayores atractivos arquitectónicos y a la vez artísticos es el llamado “Vessel”, una escalera que es también escultura, diseñada por el artista Thomas Heatherwick, con 15 pisos de alto y 154 juegos de escaleras conectadas entre sí.
Si en medio de ese lujo un empleado se siente mal, puede visitar la clínica médica solo para miembros en 55 Hudson Yards, operada por el Hospital Mount Sinai.
“La vieja historia de ir al edificio de oficinas, del cual te vas a las 5 pm y en la que tomas un tren que te lleva a los suburbios se acabó”, afirmó Blau.
Más que una ciudad, una fortaleza
Los desarrolladores de esta “pequeña ciudad dentro de una gran ciudad” tomaron en cuenta las lecciones que les dejaron algunos eventos recientes como ataques terroristas y desastres naturales en Nueva York y en todo el mundo, por lo que su construcción se ha planeado de forma que cualquier amenaza, natural o criminal, pueda ser contenida.
Las avanzadas protecciones incluyen un sistema de energía que puede sobrevivir a un apagón en toda la ciudad, un procedimiento de recolección de agua de lluvia y una amplia presencia policial con perros guardianes.
Hudson Yards también tiene su propia central eléctrica que mantendrá las luces encendidas y las computadoras funcionando incluso si la red eléctrica de Nueva York falla.
La seguridad también estuvo muy influenciada por el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 que destruyó el World Trade Center. Los desarrolladores trabajaron con consultores como la firma de seguridad británica G4S Secure Solutions y el ex comisionado del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York, William Bratton, para planificar contingencias que van desde camiones bomba hasta disparos activos y ataques con productos químicos, informó el WSJ.