Uno de los proyectos más controvertidos y ambiciosos planteados por la futura administración que encabezará Andrés Manuel López Obrador es el Tren Maya, que busca conectar a lo largo de una vía férrea las principales localidades del sureste mexicano.

El proyecto anunciado durante la campaña electoral consistía inicialmente en un tramo de 900 kilómetros que después fue extendido a 1,500 -el equivalente a la distancia entre la Ciudad de México y Houston, Texas-.

La apuesta es aprovechar la consolidación de la ciudad de Cancún como destino turístico y por medio del tren impulsar otros destinos del Mundo Maya.

La ruta cruzará cinco entidades federativas que integran esta región: Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas y Yucatán, que en conjunto reciben 23 millones de turistas al año (teniendo a Cancún en la delantera).

Con la obra también se busca aumentar el interés por las zonas arqueológicas (en la región hay 32). Según cifras de la Secretaría de Turismo, durante el primer semestre de este año, los asentamientos prehispánicos de Chichen Itzá, Tulum, Palenque y Cobá han recibido poco más de ocho millones de visitantes.

Parte central del proyecto descansa en el desarrollo de comunidades alrededor de las estaciones del tren.

EL CEO tuvo acceso al documento Tren Maya. Estrategia de desarrollo Urbano-Turístico, fechado al 27 de agosto de 2018, que explica los principales ejes del proyecto:

1.-Desarrollo integral basado en la conectividad ferroviaria del Tren Maya. Atender la demanda de movilidad terrestre para población y turistas.  

2.-Desarrollar dos centros logísticos de transferencia multimodal en las estaciones terminales Palenque y Cancún. Crear alrededor de 18 terminales ferroviarias adicionales.

3.-Impulsar nueve microrregiones turísticas integrales, ordenando el desarrollo en centros urbanos y áreas naturales e impulsar empleo permanente y bien remunerado.

De lograrse el proyecto, según lo planteado en el documento de 77 páginas, se benefician 64 localidades en 44 municipios e incorporaría 80 atractivos turísticos.

Las vías y los vagones

El documento explica que el tren será de velocidad media (160 kms/hr) y partirá de Cancún, ya que busca aprovechar que es una de las entidades con mayor turismo del país y su aeropuerto es el segundo más importante después del Internacional Benito Juárez, en la Ciudad de México.

La primera fase incluye 907 kilómetros de vía: transitará por la Península de Yucatán, cruzando por Quintana Roo y Campeche, hasta llegar a Palenque (propuesto como segundo centro logístico de transferencia).

De acuerdo con el documento, la ruta atraviesa 25 terrenos ejidales desde Escárcega a Palenque.

La segunda fase (593 kilómetros) comprende 10 estaciones: correrá por el litoral del Pacífico y utilizará una vía de ferrocarril que existe desde 1955, la cual va desde Escárcega hasta Mérida.

El equipo de AMLO revisó opciones de trenes viables para las distancias planteadas. Los que se analizan en el documento tienen capacidad de transportar desde 238 hasta 405 pasajeros. Contará con unidades climatizadas que albergarán servicios de bar, cafetería, WiFi, cabinas telefónicas y asientos electrónicos.

También considera otras amenidades como salones de proyección de documentales acerca del Mundo Maya, área de comida de la región, eventos, trova y/o recitales.

También habrá vagones temáticos sobre el ‘Esplendor Maya, intercambio de dos culturas, lucha de castas, sincretismo Maya actual, el poder del oro verde’.  

El tren va porque va, dice AMLO

Este fin de semana, durante una gira por el sureste del país, López Obrador reiteró la ejecución del proyecto, negó cualquier tipo de impacto ambiental y discutió avances con el recién conformado ‘Bloque del Sureste’, integrado por los gobernadores de Quintana Roo (Carlos Joaquín González), Yucatán (Mauricio Vila), Campeche (Alejandro Moreno), Oaxaca (Alejandro Murat), Tabasco (Arturo Núñez) y Chiapas (Manuel Velasco).  

Posterior a la reunión, el coordinador del proyecto Rogelio Jiménez Pons dijo a medios de comunicación que además de la aeroespacial Bombardier, existen otras empresas que ya están alzando la mano para participar en el proyecto, como la francesa Alstom y la suiza Stadler.

El sábado, según reportó Notimex, la cancillería china, a cargo de Wang Xiaoyuan, vislumbró un panorama de cooperación entre China y México para la construcción del mismo, ya que el país asiático “ha desarrollado tecnología para trenes de alta velocidad”.

En su cuenta de Twitter, el presidente electo publicó un video de tres minutos y medio que proyecta lo que cada estado ofrecerá al turismo con la llegada del tren, además de revelar el logo del proyecto.

Los casos de éxito con otros trenes

En el país existen actualmente cuatro rutas turísticas sobre vías ferroviarias: el tren Tlaquepaque – Zapopan, el Tequila JC Express, el Chepe y el tren Puebla – Cholula, cuyo precio por persona oscila entre los 1,250 a 2,500 pesos en promedio.

De enero a diciembre del 2017 se registraron 292,000 pasajeros de trenes turísticos a lo largo de la República, 1.5% más de los registrados en 2016, según cifras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.  

El Chepe es una de las rutas turísticas más emblemáticas del país. Ofrece 653 kilómetros de vía que inicia en los Mochis, Sinaloa, y concluye en Creel, Chihuahua.

De acuerdo con Ferromex, concesionaria de la vía, el recorrido brinda acceso a actividades de ecoturismo y es una alternativa de transportación, por lo que lo consideran “la columna vertebral de las Barrancas del Cobre”.

De 2009 a 2016, el turismo en Chihuahua incrementó 1.5% -principalmente de viajeros nacionales- y mostró una ocupación hotelera del 57% desde entonces.

En el caso de Sinaloa, en el mismo periodo, el turismo incrementó 1.3% y la ocupación hotelera fue de 56.7%, según los datos más recientes de la Secretaría de Turismo.

En la región del Mundo Maya, la ocupación hotelera más alta la tiene Quintana Roo con 77%, Yucatán con 56%, y Campeche con 50.8%. Chiapas y Tabasco reportan ocupación de 36% y 37.6% respectivamente.

Expertos consultados coinciden que para que un proyecto de este calado resulte rentable, necesita mezclar “el uso”. Es decir, incluir transporte urbano y de mercancía (de ser posible).  

El especialista en infraestructura de la consultora KPMG, Alberto Vázquez, dijo que ve el proyecto viable, ya que está planeado “para que sea de utilidad para turistas como para residentes”.

En septiembre de este año cuatro empresas comenzaron los trabajos para desarrollar una línea de metrobús que conecte Tulum y Cancún y que satisfaga la demanda de movilidad estimada de 50,000 personas diarias entre pobladores y turistas.

La mezcla del uso es necesaria también por el costo.

“La realidad es que en ningún país del mundo los trenes de pasajeros son 100% rentables. En general son subsidiados por los gobiernos, como cualquier transporte público, pero creemos que la viabilidad no solamente se debe medir con factores económicos, sino también sociales”,  comentó Vázquez.

En la parte referente al fortalecimiento empresarial de las regiones aledañas a las terminales, el proyecto consideran contar con el acompañamiento de programas de financiamiento de 11 organismos gubernamentales, entre ellos la Secretaría de Turismo, el Consejo de Promoción Turística, Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Secretaría de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.

También contempla a la Secretaría de Economía, la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario Rural, Forestal y Pesquero, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el Instituto Nacional del Emprendedor y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.   

El objetivo, expone el documento, es “lograr la participación e integración activa de las comunidades”.

Faraónico y a contrarreloj

Según lo anunciado por López Obrador, el tren costará entre 120 y 150,000 millones de pesos de inversión pública y privada. Parte de los recursos públicos serán aportados por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo.

El documento al que tuvo acceso EL CEO indica que “se utilizarán fondos recaudados del turismo, cerca de 7,000 millones de pesos por año durante seis años”.

El proyecto plantea realizar en el primer año los estudios de suelo, ambientales, de costo-eficiencia, condiciones del derecho de vía, así como la socialización el proyecto para que en un plazo de tres años comience la obra.

Un estudio realizado por la organización México Evalúa expuso que en la actual administración “las obras aumentaron 36.3% sus presupuestos y se tardaron 126% más de lo programado para concluir.

En específico, 67.5% del total de los 80 contratos tardó por lo menos un año más de lo debido”.

Pero quienes encabezarán el futuro gobierno han prometido hasta el cansancio que el proyecto estará listo durante el sexenio.

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