El sector turístico mexicano es responsable del 8.7% del PIB nacional, sin embargo a causa del COVID-19 se espera que disminuya al menos tres puntos porcentuales, en un escenario conservador, aunque la afectación puede ser mayor, será la peor semana santa en 50 años.

“Podríamos bajar al 6% o al 7% del PIB”, considera Rafael García Secretario de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM).

Otras voces esperan un impacto mayor.

“Podría ser una caída de hasta dos dígitos”, dijo a EL CEO Luis Humberto Araiza López, secretario de Turismo de Baja California Sur y presidente de la Asociación de Secretarios de Turismo (ASETUR).

Por la suspensión de las actividades no esenciales, todos los estados tendrán afectaciones económicas que derivará en un eventual retroceso en el PIB, de entre -3.9% y 0.1% según las estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Sin embargo por la vocación económica de los estados, se espera que aquellos más dirigidos al sector económico terciario donde se incluye el turismo y relacionados, se enfrenten a un panorama de mayor complejidad.

Hasta el momento los estados más afectados por la disminución de la actividad turística son Quintana Roo y Baja California Sur, pues son los que mayor cantidad de turistas internacionales reciben cada año sumando 19.7 millones de viajeros totales.

“La Ciudad de México también recibe mucho turismo aunque es 70% nacional y de negocios y 30% internacional, en cambio en Cancún por ejemplo, la fórmula se invierte. Es un 20 o 25% nacional frente a un 75% de extranjero”, comentó Rafael García de la AMHM.

La peor semana santa

Estimaciones tempranas hechas por el Centro de Investigación y Competitividad Turística Anahuác (Cicotur) consideraron dos posibles escenarios para abril en materia turística, el primero era la reducción del 50% del consumo interno y del 80% del mercado receptivo, que significaba no percibir 172,919 millones de pesos.

El segundo era la reducción del 75% del consumo receptivo y del 90% del mercado receptivo, es decir la pérdida de 239,240 millones de pesos. Aunque el resultado real es menos esperanzador.

Es la peor semana santa que hemos tenido en los últimos 50 años. La actividad turística como tal no tiene mucho más de 50 años, antes el principal destino era Acapulco pero para llegar hacías 36 horas, no había tantos vuelos comerciales, no había tantas carreteras, en algún momento se llegaba a caballo y nunca en todos esos años estuvieron las playas cerradas en semana santa

comentó Rafael García de AMHM.

Con cifras preliminares calculan hasta el momento una ocupación hotelera promedio de 3% a 5%, según las estimaciones de la Asociación Méxicana de Hoteles y Moteles, en un periodo donde en un contexto normal se ven ocupaciones del 90% en los principales destinos.

Trabajadores recienten baja actividad

En Los Cabos, por ejemplo, el principal destino de Baja California Sur, incrementaron durante marzo el número de cancelaciones de los spring breakers de Estados Unidos y Canadá, por lo que el cierre de los hoteles mandado por la Secretaría de Salud genera pérdidas de empleos.

Estuve siete meses en Los Cabos pero hace un mes que me tuve que regresar a la Ciudad de México porque el hotel nos finiquitó y pues solo dejaron a los de ‘planta’ aunque a ellos los suspendieron dos meses

comenta Edgar Rodas, que trabajaba como Chef en uno de los hoteles de la línea Rosewood del destino.

Entre su liquidación fueron recortados los empleos de al menos 15 personas de ese hotel, no solo personal del restaurante, también de otras áreas; según cuenta, los despidos comenzaron después de las cancelaciones del spring break.

Y no se han detenido “en la mayoría de los hoteles te dan contrato por mes, entonces llega tu fin de mes y ya te dan las gracias”, quienes conservaron su empleo están haciendo guardia pues aún hay huéspedes que se quedaron a pasar ahí la cuarentena o que no han podido regresar a sus hogares. La estimación de ASETUR es que hay alrededor de 5% de los hoteles del país operando por ese mismo motivo.

En la zona de la Riviera el escenario es similar “ha sido muy difícil porque no todas las empresas tienen el miso compromiso social con los trabajadores. Hay hoteles donde hubo despidos masivos y en la calle se percibe la incertidumbre, la tristeza de la gente que no tiene trabajo” comenta Jorge, quien es Mayordomo en uno de los hoteles del complejo Mayakoba y que solicitó su nombre real no fuera incluido dentro del texto.

Aunque en su hotel no ha habido recorte de personal si ha visto una disminución de al menos 50% en los ingresos, pues recibe un sueldo base, en este caso de 15,000 pesos, sin embargo lo restante lo obtiene a través de propinas. En temporada alta su sueldo más propinas pueden ser equivalentes 30,000 pesos al mes, a veces más. “Este año, el hotel esperaba romper récord de huéspedes, pero ahora está cerrado”, comentó.

Eso pone en riesgo además de los trabajos del personal, la continuidad de las pequeñas y medianas empresas.

El Cicotur, con base en información del INEGI calcula que la cadena productiva del turismo está integrada en 95% por pequeñas y medianas empresas. La cadena de valor incluye  a guías de turistas, artesanos, proveedores, transporte, entretenimiento, gastronomía, etcétera.

Desde el punto de vista de los hoteleros, la preocupación es que se queden sin capital para hacer frente al cierre obligatorio, así como para la reactivación cuando se puedan reanudar la actividad “el 80% de los hoteleros no son cadenas. Hay 800,000 cuartos de hotel y 23,000 hoteles, si divides eso te da 35 habitaciones por hotel, eso quiere decir que la mayor parte de los hoteles son pequeños propietarios” indica Rafael García.

A lo anterior se suma que no habrá crecimiento en infraestructura como se tenía planeado. De manera anual el número de nuevas habitaciones crece entre 1.5% y 2%, pero este año se espera se quede en 0.5% “solo se va terminar lo que está en construcción y muy avanzado” dijo Rafael García, pues además la construcción privada tampoco es considerada esencial.

Hasta el momento los esfuerzos de rescate específicos para el sector se han quedado en el tintero. García opina que una opción además de las acciones hacia los trabajadores, es que la banca comercial y de desarrollo facilite liquidez a las Pymes con créditos de bajas tasas de interés.

Mientras tanto, los planes de la Secretaría de Turismo federal encabezada por Miguel Torruco consideran que la manera de actuar es a través de la promoción turística de cada uno de los estados pensada tanto para turismo nacional como internacional.

El esfuerzo es útil, consideran tanto el presidente de ASETUR como el Secretario de AMHM, pues la afectación actual se ha dado en todos los países, por lo cual cuando se reanude la actividad habrá competencia agresiva entre los destinos por captar a los viajeros internacionales.

Lo que se prevé es que por un lado se reactive primero el mercado nacional, además que para buscar pronta recuperación aerolíneas, hoteles y agencias, entre otras, disminuyan sus precios y hagan ofertas agresivas para poder captar a las personas que siguen lo suficientemente capitalizadas para viajar “vamos a ver ofertas espectaculares”.

Lo que aún no está tan claro es cuándo ocurrirá “un primer escenario muy positivo que teníamos era reanudar en mayo y aprovechar la temporada de verano. Esperamos que el nuevo calendario escolar contemple algunos días de vacaciones para que se reactive el mercado nacional que puede ser un coadyuvante” dijo el presidente de ASETUR, Luis Humberto Araiza.

Sin embargo aún no hay señales de que la suspensión de actividades termine el 30 de abril, “estamos conscientes de que no es momento de viajar, es momento de atender a la Secretaría de Salud y quedarnos en casa” comentó y aunque la vuelta a la normalidad se diera en mayo o junio, sería de manera escalonada.

El segundo escenario lo plantea la Asociación de Hoteles “para el verano ya no, pero en invierno creo que así podría reactivarse esta parte de México. El invierno viene generalmente fuerte en Estados Unidos y eso le trae mucho turismo a nuestro destinos”.