Por: Alejandro Juárez y Liz Cervantes 

Nota de la editora: esta nota fue publicada originalmente el 31 de marzo a las 5:00 horas 

Como medida preventiva ante el avance del COVID-19, la Secretaría de Salud dictaminó que a partir del 24 de marzo algunas actividades comerciales deberían ser limitadas, sin embargo la indicación no ha sido acatada por completo.

Este lunes 30 de marzo, durante la conferencia de prensa nocturna encabezada diariamente por parte de la Secretaría de Salud, se anunció la declaratoria de emergencia nacional, aunque días antes ya advertía que deberían seguir laborando únicamente:

“Las empresas, negocios, establecimientos mercantiles y todos aquéllos que resulten necesarios para hacer frente a la contingencia, de manera enunciativa, hospitales, clínicas, farmacias, laboratorios, servicios médicos, financieros, telecomunicaciones, y medios de información, servicios hoteleros y de restaurantes, gasolineras, mercados, supermercados, misceláneas, servicios de transportes y distribución de gas, siempre y cuando no correspondan a espacios cerrados con aglomeraciones”.

Tres de las principales cadenas de tiendas departamentales han restringido sus operaciones, pero no como lo estableció la SSA en el DOF el 24 de marzo.

Liverpool, Palacio de Hierro y Grupo Sanborns –que incluye Sears, Sanborns, y Mixup, entre otras– redujeron sus horarios de servicio a nivel nacional, dijeron a EL CEO empleados de dichas firmas.

Liverpool y Grupo Sanborns adelantaron de las 21:00 a las 19:00 horas el cierre de tiendas a partir del lunes 30 de marzo. En el caso de Palacio de Hierro, desde el 22 de marzo retrasaron una hora la apertura de las tiendas y adelantaron dos horas el cierre.

 

Este martes, sin embargo, Liverpool anunció el cierre de todas sus tiendas físicas a partir de este martes, tras la declaración de emergencia sanitaria por la epidemia de coronavirus por parte del gobierno federal.

Esta medida estará vigente “a partir del 31 de marzo y hasta nuevo aviso”, de acuerdo con un un comunicado que circuló la compañía, confirmaron empleados de las sucursales de Santa fe y Polanco a EL CEO.

Palacio de Hierro también anunció el 31 de marzo el cierre de todas sus tiendas hasta nuevo aviso “con todos los protocolos de seguridad en nuestros repartidores durante esta contingencia seguiremos sirviéndote en Palaciodehierro.com y también vía telefónica  para continuar satisfaciendo todos tus deseos” .

Pero los otros operadores de centros comerciales del país no han cerrado las puertas de sus principales centros, aunque anunciaron medidas.

Por ejemplo, Fibra Shop, que administra 17 centros comerciales y plazas, indica en su página oficial que “todas las plazas y equipo administrativo están implementando protocolos de prevención y medias como tapabocas, gel antibacterial y reforzando programas de limpieza en cada ubicación”.

Fibra Danhos anunció por medio de un evento relevante que el centro comercial de Toreo Parque Central cerrará sus puertas al público de manera temporal hasta el 19 de abril de 2020 o la fecha considerada por las autoridades sanitarias.

Sin embargo, el edificio corporativo, el Hotel Fiesta Americana Toreo, Liverpool, Chedraui Selecto y los bancos permanecen abiertos.

Fibra Uno destacó en un comunicado que permanecerán abiertos sus centros comerciales dado que albergan servicios esenciales, por lo que también reforzará los protocolos de limpieza, además en las oficinas tienen instaladas termómetro digital a distancia para monitoreo de síntomas de la comunidad en el inmueble.

GICSA, la principal operadora de mall entertainment en el país, publicó en un comunicado que debido a la contingencia esperaban tener una menor afluencia a sus propiedades

“Esperamos que los niveles de tráfico y consumo en nuestros centros comerciales y de entretenimiento decrezcan de manera relevante, y en esta fase 2 se espera que dicho impacto se magnifique, ya sea por medidas prudenciales, como las de la sana distancia o el evitar salir de casa, o por el cierre temporal requerido por autoridades locales donde GICSA tiene presencia en algunos centros comerciales o establecimientos con ciertos giros comerciales” , expuso la empresa.

Desde el punto de vista operativo se plantearon medidas como la restricción de las inversiones, gastos y costos no esenciales, entre muchos otros de promoción y gastos de viaje, además de la revisión del presupuesto 2020.

La flexibilidad con estas cadenas puede deberse a que el gobierno busca amortiguar el golpe económico a las familias que dependen de empleos en estos negocios, dice Leonel Carrano, economista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Leticia Armenta, experta en temas financieros del Tecnológico de Monterrey advierte que “conoceremos el tamaño de las afectaciones que esto podría ocasionar solo hasta que sucedan”.

La Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios está promoviendo entre sus miembros particularmente a los centros comerciales que otorguen beneficios y descuentos en el pago de las rentas a sus inquilinos a fin de mitigar los daños económicos que ya causa la emergencia.

Impacto macroeconómico

Hasta el cuarto trimestre del año pasado, Liverpool reportó tener 76,641 empleados y Palacio de Hierro 11,060. Grupo Sanborns no ofrece este dato en sus resultados financieros, aunque sí informa que cuenta con 449 unidades de venta entre todas sus marcas.

GICSA cuenta con 1,015 empleados y FUNO con 273, según información de Bloomberg, mientras que Danhos no reporta número de empleados pero cuenta con 10 propiedades operativas.

Además de la afectación a las familias que dependen de estos empleos, el posible cierre de las tiendas departamentales y de centros comerciales en general contribuiría “enormemente” con el deterioro de la economía mexicana ocasionado por el coronavirus, dice José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

Con las medidas preventivas “no extremas” correspondientes a la fase dos de la contingencia sanitaria, este organismo no gubernamental espera una contracción económica del 3.1% en 2020.

Sin embargo, un endurecimiento de las acciones de aislamiento social que generen un mayor detenimiento en la actividad industrial y de servicios por entre 30 y 45 días, puede elevar el daño a 5.7%, según el reporte Perspectivas Económicas: la recesión de una economía enferma del IDIC.

“Pensamos que si llegamos a este escenario, el daño al Producto Interno Bruto será de 2.6%, lo que implicaría aproximadamente 730,000 millones de pesos, que derivaría en una pérdida de 1.4 millones de empleos formales e informales”, dice De la Cruz Gallegos.

En los últimos días, el gobierno federal ha dicho que la llegada a la fase tres de emergencia sanitaria es un hecho.

“Que quede muy claro: se va a dar la fase tres, pero la gran diferencia es que con las medidas de la Jornada Nacional de Sana Distancia, si se instauran enérgicamente y de manera disciplinada (…) vamos a tener una curva epidémica que permita atender a las personas enfermas”, dijo Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Salud el viernes.

No obstante, la autoridad sanitaria hasta el momento no se ha pronunciado sobre el cierre de las tiendas departamentales, que están consideradas innecesarias para hacer frente a la contingencia.