Con la llegada de la administración de Andrés Manuel López Obrador iniciará también una nueva era para el Sistema de Nacional de Refinación, con la reconfiguración de las seis refinerías de petróleo que operan actualmente en el país y la construcción de una más en el municipio de Dos Bocas, Tabasco. A propósito de estos proyectos, he aquí una breve historia del sector que quiere ‘reanimar’ el gobierno de la cuarta transformación.
El primer pozo petrolero perforado fue hallado en 1858 en Estados Unidos, descubrimiento que abrió la puerta a un universo energético.
Después de eso empresas petroleras americanas e inglesas proliferaron y se expandieron en dicho país, así como en México, Venezuela y Medio Oriente. En 1901 el presidente Porfirio Díaz expidió la Ley del Petróleo, lo que facilitó el desarrollo de particulares en la industria.
El principal actor en México era Weetman Pearson, uno de los empresarios predilectos del presidente Díaz. La empresa de ingeniería de Weetman, S. Pearson & Son cambió de giro en 1909 dando paso a la compañía petrolera “El Águila” conformada también por miembros de la élite porfirista.
En el Consejo de Administración se encontraban Guillermo de Landa y Escandón, gobernador del Distrito Federal; Enrique C. Creel, gobernador de Chihuahua; Pablo Macedo, miembro del grupo de los Científicos y presidente del consejo de los Ferrocarriles Nacionales; Fernando Pimentel y Fagoaga, empresario y presidente del Banco Central Mexicano; Enrique Tron, empresario y financiero de la ciudad de México y el coronel Porfirio Díaz, hijo del presidente de México. Esa empresa construyó la primera refinería mexicana en el puerto de Veracruz.
Tres décadas más tarde en México se producían 193 millones de barriles al año, sin embargo los conflictos obrero-patronales crecían, lucha que desencadenó en la expropiación petrolera en 1938 y la creación de Pemex en el mismo año.
A partir de entonces se cuenta el inicio del sistema nacional de refinación.
Refinería “18 de marzo”
Fue inaugurada por Pemex en 1946, ya durante la administración de Manuel Ávila Camacho, aunque la instalación existía desde 1933 pues formaba parte del inventario de propiedades de la empresa “El Águila” y llevaba el nombre de refinería Azcapotzalco, correspondiente con la delegación (ahora alcaldía) de la CDMX donde fue construida.
Inicialmente tenía una extensión de 64 hectáreas y producía 23,000 barriles diarios. Tras formar parte de Pemex fue ampliada a 174 hectáreas, con una producción de 58,000 barriles diarios.
En 1991, el presidente Salinas de Gortari ordenó el fin de las operaciones de la refinería a causa de la contaminación que se percibía en la zona metropolitana y porque ponía en riesgo a zonas habitacionales aledañas, la instrucción fue desarrollar áreas verdes, pero fue hasta la primera década del nuevo milenio que comenzó a operar, bajo el nombre de Parque Bicentenario.
Refinería Ing. Antonio M. Amor
En 1943 Pemex comenzó el proceso de adquisición de los terrenos en los que se desarrolló la segunda refinería de la empresa productiva del estado.
Se seleccionó una zona rural, que se dedicaba principalmente a la agricultura y que para aquel año sumaba apenas 20,000 habitantes. Se trata de Salamanca en Guanajuato.
El diseño del proyecto fue encargado a Arthur G. McKee un ingeniero y diseñador que se especializaba en la industria del hierro y acero y que fue considerado como uno de los especialistas de mayor renombre en Estados Unidos. El complejo de Salamanca fue inaugurado el 31 de julio de 1950.
Al complejo se le conoce también como refinería RIAMA (Refinería Ingeniero Antonio Manuel Amor). El nombre fue dado en honor al ingeniero zacatecano que fue designado como Jefe del departamento de Nuevos Proyectos de Pemex.
Mientras desempeñaba su cargo comenzó el proceso de construcción, sin embargo, no lo vio terminado, pues falleció en octubre de 1949. La refinería comenzó operaciones con una capacidad de 25,000 barriles al día y empleó a las primeras generaciones de Ingenieros Químicos carrera aprobada en septiembre de ese año por el Consejo Universitario de la Universidad de Guanajuato.
Refinería Gral Lázaro Cárdenas del Río, Minatitlán Veracruz
Este complejo forma parte de los bienes que fueron nacionalizados durante la expropiación y pertenecían a la petrolera El Águila. Inició operaciones extrayendo crudo en los campos de San Cristóbal, a 18 kilómetros de la actual ubicación.
En 1954 se desmantelaron las antiguas instalaciones y comenzó la construcción del nuevo complejo. De acuerdo con el documento Reconfiguración de la Refinería “Lázaro Cárdenas el resultado de la modernización derivó en 24 plantas de proceso en operación normal, tres plantas ecológicas, dos turbogeneradores eléctricos, seis generadores de vapor, nueve torres de enfriamiento de agua, una torre de pretratamiento, una de tratamiento, uan potabilizadora, y 166 tanques de almacenamiento. Se convirtió en la más importante de Latinoamérica. En 1956 generaba 50,000 barriles al día.
Refinería Miguel Hidalgo; Tula, Hidalgo
La construcción de este complejo comenzó en 1972. En la zona ya se habían instalado cementeras y fábricas de la industria textil, así como una hidroeléctrica de CFE.
Según la investigación de Pablo Vargas González investigador de la Asociación Latinoamericana de Sociología, el complejo se extendió por 700 hectáreas con una inversión inicial de 2,100 millones de pesos.
Constó de ocho plantas de procesamiento, cuatro plantas de protección ambiental, tres plantas de fuerza y servicios, talleres, oficinas, almacenes, área de tanques, laboratorios, colonia residencial y campos deportivos. Fue inaugurada cuatro años más tarde, el 18 de marzo de 1976; en esa primera etapa tenía una capacidad de refinación de 150,000 barriles al día.
Refinería Héctor R. Lara Sosa; Cadereyta, Nuevo León
La producción de esta instalación abastece de combustible a los estados de Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y de manera parcial a Durango, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, de acuerdo con información de Pemex.
Además fue la primera del Sistema Nacional de Refinación en poner en operación una planta especialmente diseñada para separar el azufre de las gasolina. Cuando comenzó operaciones tenía capacidad de 100,000 barriles diarios.
Fue inaugurada en 1979 y lleva el nombre del Ingeniero Héctor Rafael Lara Sosa, originario de Veracruz y egresado de la carrera de ingeniería química de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El ingeniero fue nombrado Superintendente de Proceso y Coordinador de Operaciones de dos complejos y estuvo involucrado en la construcción de la refinería de Salamanca, MInatitlán y en la ampliación de la 18 de marzo.
Refinería Antonio Dovalí, Salina Cruz Oaxaca
Es la última de las refinerías desarrolladas por Pemex y comenzó operaciones el cuatro de abril de 1979, durante el mandato de José López Portillo con capacidad para producir 160,000 barriles al día y abastece de combustible al litoral del pacífico.
Se estima que el potencial de producción de este complejo es de 360,000 barriles al día, sin embargo, produce 260,000.
Lleva el nombre en conmemoración de otro ingeniero zacatecano egresado de ingeniería civil por la Escuela Nacional de Ingenieros. Fue subsecretario de Obras Públicas de 2949 a 1952, periodo en el que se llevaron a cabo obras como la carretera México-Cuernavaca y el Aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Además, fue director del Instituto Mexicano del Petróleo de 1966 a 1970.