En 2020 comenzará la construcción del nuevo Estadio Nacional de México, el cual requerirá de una inversión de 8,000 millones de pesos.
El proyecto está considerado dentro del Acuerdo Nacional de Infraestructura y podría ubicarse en Monterrey, cerca del Parque Fundidora.
El estadio será la sede de encuentros de futbol, las grandes ligas de béisbol, atletismo, la NFL y de tipo cultural como conciertos masivos, con capacidad para 80,000 espectadores. Su construcción significa la creación de 2,500 empleos directos y alrededor de 6,000 una vez que esté en operación.
El tercer intento
El proyecto es impulsado por las empresas Íconos Sustentables y Juego de Pelota, creada por César Octavio Esparza Portillo, Jorge Luis, Pablo Alberto y Marco Antonio Canavati Hadjopulos, hermanos de Esparza.
El proyecto fue presentado desde 2008 y estaba pensado para ser la sede de los dos equipos de futbol del estado Los Rayados de Monterrey y Tigres.
Durante su presentación en 2008 también estuvo involucrada la empresa Lobatón Desarrollos Inmobiliarios, encabezada por Ricardo Lobatón Bernard, que en 2018 invirtió 9,000 millones de pesos en proyectos inmobiliarios en la región.
En ese entonces, la inversión estimada era de 3,000 millones de pesos y se esperaba su apertura para 2011, sin embargo no se consolidó la construcción.
En 2016 resurgió la posibilidad de la construcción del estadio que además tendrá hotel y área comercial, sin embargo, de acuerdo con Medio Tiempo, las negociaciones entre los equipos del estado no avanzaron. Además, al estar cerca del río Santa Catarina se requerían los permisos de Comisión Nacional del Agua (Conagua) que también quedaron pendientes.
Sin embargo dentro del Acuerdo Nacional de Infraestructura, el gobierno federal se comprometió a hacer las diligencias necesarias para facilitar la inversión privada.
El otro Estadio Nacional
El de Monterrey será el segundo “Estadio Nacional”, el primero se encontraba en la colonia Roma y fue construido durante la presidencia de Álvaro Obregón.
El proyecto formaba parte de la estrategia de difusión cultural del primer Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, aunque la visión que tenía del recinto era más cultural que deportiva, para albergar actos de danza o conciertos al aire libre.
De acuerdo con la Revista de Arquitectura de la UNAM, el estadio se encontraba en lo que ahora son las calles de Jalapa, Yucatán y Orizaba, y el predio correspondía al panteón municipal La Piedad, que cayó en desuso después de la apertura del panteón Dolores en 1878, el cual se encuentra sobre la avenida Constituyentes.
El diseño del estadio estuvo a cargo del arquitecto José Villagrán García y la fachada fue decorada por Diego Rivera.
Tenía capacidad para 60,000 espectadores, pero contando la pista de carreras y las azoteas se abrían 30,00 lugares más. En 1923 cuando comenzaron los planes se estimaba un costo de 500,000 pesos. Fue inaugurado en abril de 1924 con un costo total de 428,158.18 pesos.
Sin embargo, los años y el desprecio por las actividades deportivas de Vasconcelos hicieron que el recinto cayera en desuso, y se mantuvo con menos actividad hasta la década de los 50, cuando fue demolido.
En su lugar, se construyó el Multifamiliar Benito Juárez, diseñado por el arquitecto Mario Pani, aunque el sismo de 1985 dejó daños irreparables en el multifamiliar que finalmente fue demolido.