La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado al brote de mpox, conocido comúnmente como viruela del mono, como emergencia sanitaria mundial tras su rápida propagación en África, en un intento por contener el avance del virus potencialmente mortal.
De acuerdo con el director general del organismo internacional, Tedros Adhanom Ghebreyesus, la propagación de la nueva cepa de mpox en República Democrática del Congo, su detección en países vecinos que no había informado antes y el potencial de una mayor propagación dentro de África fueron los factores que llevaron a tomar la determinación.
La última vez que la OMS calificó a esta enfermedad como una emergencia de salud pública de interés internacional fue en mayo de 2022, cuando estallaron casos de una cepa más leve en todo el mundo. El organismo redujo su nivel de alerta un año después pese a que los casos en África siguieron aumentando.
La amenaza actual corresponde a una cepa mutada del mpox, un virus que provoca erupciones y lesiones dolorosas y desagradables, que se ha propagado por al menos seis países africanos y ha infectado a 15,000 personas.
La variante de la viruela del mono se detectó por primera vez en República Democrática del Congo hace menos de 12 meses y a la fecha ya ha matado a unas 500 personas solo este año.
¿Por qué la OMS declaró la emergencia por el mpox?
Una emergencia sanitaria mundial se declara ante un evento extraordinario que conlleva un riesgo de propagación de una enfermedad a través de las fronteras, que potencialmente requiere una respuesta coordinada entre naciones. La decisión de hoy se tomó después de que se convocó a un panel para evaluar el brote y la recomendación fue unánime
Los funcionarios y asesores de la OMS están redactando una guía para los países afectados, indicó Maria Van Kerkhove, directora de enfermedades emergentes y zoonosis del programa de emergencia de la agencia.
El mpox es una variante menos contagiosa de la viruela, con síntomas generalmente más leves, aunque puede llegar a ser mortal hasta en el 6% de los pacientes. Además puede causar ceguera y desfiguración, y supone un alto riesgo para los niños, las embarazadas y las personas con sistemas inmunitarios débiles, como las infectadas con el VIH.
Con información de Bloomberg