Un incremento en la dependencia de México respecto a las importaciones de gasolina y diésel, además de la potencial pérdida de más de 80,000 millones de pesos anuales de la economía de Nuevo León, son algunos de los impactos significativos que podrían derivarse del cierre de la Refinería de Cadereyta.
En el marco de la discusión sobre la posible clausura de la Refinería de Cadereyta, y de que tanto el gobierno estatal como diversos sectores de la ciudadanía la han señalado como la principal fuente de contaminación en el norte del país, EL CEO efectuó un análisis sobre las repercusiones económicas.
De manera inicial, un posible cierre afectaría la dinámica nacional en términos de autosuficiencia energética, específicamente se vería afectada la producción de gasolina y diesel en el país. Esta refinería tiene la capacidad de procesamiento de 275,000 barriles diarios, extendiéndose sobre 769 hectáreas.
Usando los datos actualizados al cierre de 2023 del Sistema de Información Energética (SIE), Cadereyta destacó por ser la refinería que más contribuye en el ámbito de la producción de este tipo de combustibles en México, representando 28% del total nacional.
Cadereyta frente a otras refinerías
Detrás de Cadereyta, la refinería de Tula en Hidalgo muestra una participación de 19.5%, seguida por Minatitlán en Veracruz con un 17.6%.
La potencial clausura plantea interrogantes serios sobre la capacidad del país para sostener la demanda interna de combustibles, sugiriendo un posible aumento en la dependencia de importaciones extranjeras de gasolina y diésel, explicó el analista energético, Ramses Pech.
“Tal escenario podría hacer que aumente la compra de combustibles de la región norte a Estados Unidos. También que aumente la compra a Tula, Salamanca, Madero. Incrementaría el costo por logística e importación”, señaló.
Otro factor muy preocupante es la inestabilidad para la economía de Nuevo León.
¿Cuál sería el impacto en la economía de Nuevo León por el cierre de la refinería de Cadereyta?
El proceso de desmantelamiento, dijo Ramses Pech, podría llevar aproximadamente cinco años, con un tiempo adicional de tres años destinado a la remediación del sitio. El costo asociado a estas operaciones se calcula hasta 3,500 millones de dólares, un monto significativo que subraya la magnitud del desafío.
A esto se suma que más de 80,000 millones de pesos saldrían de la economía de Nuevo León de manera anual, una cifra que resalta la importancia de la refinería no solo en términos de empleo directo e indirecto, sino también en su contribución al producto interno bruto del estado.
“La pérdida de estos empleos y el efecto dominó en la economía local podrían exacerbarse en un contexto de restricciones presupuestales y desafíos económicos”, recalca Ramses Pech.
Recuento de un cierre anunciado para Cadereyta
El posible cierre de la refinería en Cadereyta es un tema que se ha discutido desde que comenzó este año.
En enero, Nuevo León interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) debido a las emisiones de contaminación provenientes de la Refinería de Cadereyta propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En ese momento, el secretario de Medio Ambiente en Nuevo León, Alfonso Martínez Muñoz, detalló que la denuncia tiene como objetivo señalar a aquellos individuos o entidades, incluyendo a la paraestatal, responsables de la mayor fuente de contaminación en el estado y que afecta la salud de la población.
En el mismo mes, la regidora de San Pedro Garza García, Nuevo León, Vivianne Clariond, buscó que la Cámara de Diputados le entregara la constancia para iniciar el proceso de consulta popular destinado a abordar la reubicación de la Refinería de Cadereyta.
Por su parte, la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), la agencia encargada de la protección del medio ambiente en Estados Unidos, también informó que realizaría una revisión detallada de una queja presentada respecto a las emisiones generadas por la refinería de Cadereyta.
Como respuesta a todos estos sucesos, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) negó que la operación de la refinería genere altos niveles de contaminación.
Arrancando marzo, el gobierno de Nuevo León informó que se clausuró la refinería de Cadereyta, luego de que Pemex se negó a colaborar con la Secretaría de Medio Ambiente estatal para un plan de reducción de emisiones contaminantes.
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