El Senado de Estados Unidos aprobó un presupuesto temporal de gastos federales que tendrá validez hasta inicios de 2024. Esto surgió como una medida para evitar un posible cierre de gobierno, con el cercano vencimiento de su último plan de financiamiento provisional.
Este paquete fue aprobado con 87 votos a favor y 11 en contra, en una sesión que se extendió hasta las últimas horas del miércoles. Así como sucedió en la Cámara de Representantes, los dos grupos partidistas del país tuvieron que unirse en votación con el objetivo de evitar un cierre de gobierno.
Unas horas antes, este mismo plan tuvo el visto bueno de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. En el próximo paso, el presidente Joe Biden tendrá que firmar el presupuesto y promulgarlo para garantizar que no haya un cierre de administración.
No habrá apoyo a Ucrania ni Israel, por ahora
Entre otros gastos provisionales aprobados, el plan destaca porque no contempló un presupuesto para apoyar los conflictos de Ucrania e Israel, aliados geopolíticos de Estados Unidos. Para apoyar a ambos países, se demandan 106,000 millones de dólares en un paquete general de asistencia.
Sin embargo, el debate de la Cámara Alta llegó al consenso de que se deberá abordar este financiamiento de manera prioritaria en una próxima ocasión. Al respecto, el representante de la mayoría, Chuck Summer, explicó que la asistencia a ambos países sí se consideraba una prioridad y “trabajarían en ello inmediatamente después del Día de Acción de Gracias”.
Por otro lado, el paquete obtuvo rechazo de la mayoría conservadora en la Cámara de Representantes, debido a que no destina presupuestos mayores a las políticas de migración, ni realiza recortes inmediatos de gastos. Por ello, enfrentó 93 votos en contra de este grupo partidista en la Cámara Baja, pero aun así fue aprobado.
Se evitará el cierre de gobierno y turbulencia
La aprobación ‘exprés’ de este plan de gastos implicó que se reduzca la posibilidad de un cierre de gobierno; esto sucede cuando vence un plan presupuestario y los órganos de la administración pública dejan de trabajar porque no tienen capital para pagar a sus colaboradores.
Otro de los aspectos que agravan la situación es el estado de la calificación crediticia de Estados Unidos, que fue rebajada por Moody’s Investors Service el viernes pasado. La calificadora consideró que el país tenía riesgos por su fortaleza fiscal y la polarización política del Congreso, percepción que podría agravarse en caso de un cierre de administración.
Ahora, la mayoría de las entidades gubernamentales tendrán presupuesto para operar hasta el próximo 2 de febrero. Antes de esta fecha, las cámaras tendrán que reunirse nuevamente para aprobar otro financiamiento.
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Con información de Bloomberg.