La economía de México apunta a trazar una tendencia de desaceleración durante el tercer trimestre del año, manifestando síntomas adversos por las elevadas tasas de interés, un menor efecto de la normalización postpandémica y la debilidad en Estados Unidos.
El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reveló un crecimiento anual de 3.3% en el periodo julio-septiembre del 2023.
De confirmase este dato, la actividad económica del país perdería ritmo, pues resultaría la menor tasa anual en los últimos cinco trimestres.
Es probable que la actividad real enfrente obstáculos debido a las altas tasas de interés y la disminución de la contribución de la normalización de la actividad económica tras la pandemia
asegura Alberto Ramos, de Goldman Sachs, en un reporte de FocusEconomics.
Mientras del lado positivo, añade, es que los hogares se beneficiarían de la constancia de las remesas, el bajo desempleo y la moderación de la inflación. También destaca el impacto en las inversiones por el nearshoring.
Consumo deprimido en la economía de México
En tanto, las actividades terciarias, relacionadas con el consumo privado, aumentarían 2.3% anual en el tercer trimestre del presente año, el menor nivel desde el segundo trimestre del 2022 (2.2%).
Uno de los obstáculos es la inflación. Si bien la tasa anual de 4.45% en septiembre pasado fue la menor variación desde febrero del 2021, desde dicha fecha se ubica fuera del rango objetivo del Banco de México (Banxico), de 2-4%.
Se suma que la tasa de referencia permanece en 11.25% desde el último día de marzo de este año; cabe recordar que la tasa de interés comenzó el 2022 en 5.50%.
Otro problema que enfrenta el consumo es la pérdida de poder de compra de las remesas, que en agosto pasado registraron una contracción de 12.0% anual, en términos reales y en pesos, hilando 11 meses con caídas.
Asusta baja industrial en EU
Por su parte, las actividades secundarias, que es todo el aparato industrial de México, incrementarían 4.9%, que sería su mejor resultado en tres trimestres. Este comportamiento deriva del sector de la construcción, cuyo dinamismo proviene de la inyección de recursos federales a obras insignia.
Sin embargo, la preocupación se centra en la producción manufacturera del país, que, según cifras del Inegi, cayó 10.7% a tasa anual real en agosto, el peor resultado en 38 meses; además, registró nueve meses con disminuciones consecutivas.
Lo anterior se relaciona con la manufactura estadounidense que con datos de la Reserva Federal se observa una disminución de 0.8% anual durante septiembre pasado, la séptima baja consecutiva e impactada por la huelga en las plantas de General Motors, Ford y Stellantis.
Para Banorte, la incertidumbre ante el desempeño de la economía de Estados Unidos y otros factores de carácter externo pueden afectar la expansión del sector manufacturero hacia el cierre del año.
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