A nivel general la pobreza en México disminuyó en los últimos seis años, pero uno de los grupos que no siguió esta tendencia fue el referente a las mujeres indígenas, el sector más castigado en la historia del país.

De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al cierre del 2022 se registraron 4.3 millones de mujeres indígenas en situación de pobreza, 37,098 personas más respecto al 2016.

Este aumento de la pobreza provino de una reducción de 94,951 mujeres indígenas en pobreza moderada y de un incremento de 132,049 de personas de este grupo étnico en situación de pobreza extrema.

Es decir, las mujeres indígenas pasaron de pobreza moderada a pobreza extrema al aumentar sus carencias sociales.

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Por ejemplo, en el 2016, 3.0 millones de mujeres indígenas presentaron al menos tres carencias sociales, mientras seis años después, esta población se ubicó en 4.0 millones.

Carencias

Por tipo de carencia, el mayor aumento en el periodo de análisis se observó en acceso a los servicios de salud, con un alza de 2.90 millones de mujeres indígenas que se sumaron a esta situación.

También se registraron ascensos en carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda (526,066 personas más), rezago educativo (425,355) y carencia por acceso a la seguridad social (326,623).

Mientras las reducciones se observaron en carencia por acceso a la alimentación nutritiva (58,407 mujeres indígenas menos en este escenario) y carencia por calidad y espacios de la vivienda (27,823).

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