Cambiar maquinaria, proveedores, materias primas y proceso de producción de la industria de plásticos para adaptarse al uso de resinas compostables luce imposible y pone al sector nacional en una situación, por decirlo menos, complicada.
A partir del 1 de enero entró en vigor la segunda etapa para la prohibición de plásticos de un solo uso en la Ciudad de México -contenida en la Ley de Residuos Sólidos-, en la que vasos, platos, popotes, cubiertos y otros, quedaron vetados para su comercialización, así como su uso.
El decreto tiene lugar en una época donde la pandemia por COVID-19 alcanza nuevos picos de contagios y muertes en el mundo, lo que dificulta aún más la posible migración hacia nuevos productos verdes.
No alcanza para migrar. Muchos meses tuvimos viajes suspendidos para buscar en Asia nuevas fuentes de materias primas o nuevos procesos, también en México se cancelaron las reuniones y eventos donde maquinarias y nuevas tecnologías se presentan
dijo Aldimir Torres, presidente de la Asociación Nacional de la industria del Plástico (Anipac).
Otro factor que abonó a la falta de opciones de la industria en 2020, fue el cierre de centros de investigación y de universidades en el país a causa de la emergencia sanitaria.
Además, Torres comentó que el precio promedio de la resina para fabricar plásticos compostables son el promedio cuatro dólares más caros en comparación de las resinas tradicionales, que se trasladaría al comprador y al consumidor final.
La situación pone presión a la industria de venta de comida, una de las más afectadas y que en la CDMX enfrenta su segundo cierre en menos de un año. Los restauranteros se ven presionados por el aumento de costos de las resinas compostables, en un momento en donde el formato para llevar y el delivery han prevenido del quiebre a los locales.
Las infracciones a las que se exponen aquellos que incumplan la medida rondan de los 42,000 a los 150,000 pesos.
“Vemos que esta segunda etapa llevaría a la pérdida de empleos de 20,000 hasta 50,000 personas (…) En 2020 tuvimos una caída de 8% en volumen de ventas con la prohibición de las bolsas de plástico y este año esperamos un impacto aún mayor”, dijo Torres.
En México, el mercado anual del plástico se compone de 7 millones de toneladas distribuidos en distintos sectores, con un valor de mercado anual de 30,000 millones de dólares.
2020, año agridulce para la industria
El año pasado la industria vivió un momento agridulce, en donde la categoría de utensilios médicos como guantes, jeringas y cubrebocas, duplicó su volumen a raíz de la pandemia. No obstante, la división es la que tiene el menor peso dentro de todos, lo que no pudo compensar la caída en los demás.
El directivo explicó que, a finales de 2019, el apartado de insumos médicos y farmacéuticos pesaba 2% del total y cerraron el 2020 con una participación del 4%. Estos artículos son los únicos que quedaron exento de la Ley de Residuos Sólidos.
Las categorías como empaques y embalajes (47%) se vieron afectadas por la prohibición de las bolsas de plástico en la capital del país, que es el principal mercado de la industria, así como su producto estrella de la categoría.
Los enseres de consumo general (21%) y agrícola (6%) se mantuvieron estables, no así los de construcción, electrónico, y automotriz (12%, 7% y 6%, respectivamente) que se vieron afectadas por el cierre de maquilas y otras actividades no esenciales.
La coyuntura en la que se da esta ley es en el peor escenario; es muy cierto que el plástico nos ha ayudado mucho a enfrentar la situación. Hoy el plástico no es el héroe que nos ha salvado, pero tampoco es el villano. El plástico es un excelente aliado que pide a gritos que lo usemos de forma muy responsable
comenta Torres.