Si eres conductor de Uber, Cabify, Didi o cualquier otro servicio de transporte por aplicación, deberás hacer algunos cambios a tu régimen fiscal para poder trabajar.
La semana pasada, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) puso en marcha un nuevo régimen para que las plataformas de transporte puedan retener los impuestos de sus socios conductores de manera directa. Esto, en esencia, facilitará el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
El nuevo esquema, al que las empresas se pueden integrar de manera opcional, consta de dos partes: una retención del Impuesto sobre la Renta (ISR) que depende del nivel de ingresos y otra, equivalente al 8% por el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
“Hacienda está dando un gran paso, que es generar una categoría para la gente que se dedica a trabajar en este tipo de transporte”, dice Ramón Escobar, general manager de Cabify en México.
Adiós al RIF
Antes de abril, los conductores de las plataformas de transporte por aplicación estaban registrados en un esquema conocido como Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), que les ofrecía descuentos en el pago de impuestos y ofrecía facilidades para cumplir con las obligaciones ante el SAT.
Estas declaraciones se realizan de forma bimestral.
Sin embargo, la Resolución Miscelánea Fiscal 2019 contempla la posibilidad de que las plataformas como Uber, Didi o Cabify retengan los impuestos por los ingresos obtenidos y entregarlos al SAT a más tardar el día 17 del mes siguiente.
Estos cambios son resultado de medio año de conversaciones entre las plataformas de transporte y las autoridades hacendarias y buscan reconocer la labor de los conductores de la plataforma, así como simplificar sus declaraciones, señala Escobar.
¿Golpe al bolsillo?
Sobre quién absorberá el costo de las nuevas disposiciones fiscales, Escobar asegura que en el corto plazo no se tienen contemplados aumentos en los precios para el usuario final. Del mismo modo, considera que las retenciones directas le ahorrarán a los conductores profesionales – que no tienen otras ocupaciones – la contabilidad independiente.
“En el corto plazo no hay impacto directo en el precio, pero sí en la estructura de organización de los conductores”, explica.
Escobar señala que, en el caso de Cabify, la empresa no operará de forma distinta ni tendrá costos adicionales por el nuevo esquema de tributación en el corto plazo, aunque aceptó que todavía falta definir algunos aspectos del mismo.
El diablo está en las regulaciones locales
A pesar de que la fiscalización federal ayuda a formalizar la labor de los conductores eventuales y profesionales de servicios de transporte por aplicación, el endurecimiento de las regulaciones locales dificulta su trabajo.
Tenemos que tener en cuenta que al centro de todo está el conductor
, Ramón Escobar
La Ciudad de México, Puebla, Guadalajara, Querétaro, Mérida y Monterrey son las ciudades que tienen las reglas locales más complicadas para la operación de aplicaciones como Uber y Cabify.
En la capital del país, estas disposiciones se han modificado en los últimos días. Desde mayo, los conductores de transporte por aplicación deben expedir una licencia E1 para poder trabajar. Sin embargo, los criterios para su obtención no son claros.
Esto es lo que sabemos hasta el momento sobre las licencias E1 y la regulación capitalina.
Asimismo, las empresas deberán pagar 1,900 pesos por cada vehículo que tengan registrado. Sin embargo, es poco claro qué pasará con los vehículos que participan en varias plataformas y con los costos que deberán absorber los choferes en el futuro.
“Todas las regulaciones tienen un objetivo en común que es positivo: que haya un control, una formalización de una empresa que tiene siete años de existir. Lo que no debemos olvidar es a dónde vamos y qué queremos para resolver los problemas de movilidad en las ciudades”, dice Escobar.