Este año, Victoria’s Secret cerrará 53 tiendas a nivel mundial, que se suman a las 30 que vieron su fin en 2018.
Y aunque algunos podrían querer culpar al avance de las compras en línea que ha sentenciado a varias minoristas, como Sears o Toys ‘R’ Us, mucho tiene que ver con que la empresa se quedó en el pasado.
Victoria’s Secret es señalada por no adaptarse a la era de #MeToo ni al cambio en los gustos de las mujeres, a diferencia de marcas como Aerie de American Eagle y Savage X Fenty de Rihanna, que están lanzando campañas más positivas, con campañas publicitarias que descartan el uso de Photoshop e incluyen todo tipo de modelos.
La inclusión vende
Apenas en noviembre, antes de su desfile anual, el director de mercadotecnia de la compañía, Ed Razek, descartó la posibilidad de integrar a modelos transgénero o con figuras más cercanas a las de las mujeres comunes, lo cual causó gran indignación, informó Business Insider.
El directivo tuvo que disculparse posteriormente.
Mientras Victoria’s Secret se apega a sus raíces sin voltear a ver el cambio en las necesidades y preferencias de su público, marcas de lencería como Third Love y Lively llenan el vacío que la marca está dejando.
Pero los problemas de Victoria’s Secret no terminan ahí. Business Insider recuerda que hay otro factor que deben atender: las críticas a la declinante calidad de sus productos.