Los inversionistas extranjeros han acelerado la compra de deuda gubernamental de México, que se ha visto favorecida por altas tasas de interés y en momentos en que los bancos centrales más importantes del mundo han relajado su política monetaria, lo que le brinda un mayor atractivo a los activos mexicanos.
La tenencia de valores gubernamentales como Cetes, Bonos a largo plazo, Bondes D y Udibonos, se ubicó en 2.27 billones de pesos el 8 de febrero, un máximo histórico, mientras que al 15 de febrero sumó 2.24 billones de pesos, según los datos más recientes del Banco de México (Banxico)
Un Bono mexicano a 10 años (M10) pagaba este martes un rendimiento de 8.08%, frente a 2.64% de un Bono del Tesoro de Estados Unidos.
Lo anterior no pasa desapercibido entre los inversionistas. De finales de octubre del 2018 a mediados de febrero de este año, los extranjeros han aumentado sus posiciones sobre bonos mexicanos (a largo plazo) en 98,000 millones de pesos (alrededor de 5,120 millones de dólares).
Al 14 de febrero, los foráneos tenían bajo su control el 62% de todos los bonos mexicanos en circulación, esto es, 1.87 billones de pesos.
“El rendimiento atractivo que ofrecen los bonos mexicanos se ve reflejado en la estabilidad que refleja el tipo de cambio”, dijo Amín Vera, director de análisis económico de Black WallStreet Capital.
La debilidad del dólar y la atracción de inversionistas extranjeros a México ha permitido que el tipo de cambio cotice en 19.1804 pesos por dólar en promedio en lo que va del año. Incluso, desde finales de octubre a la fecha, el peso se ha apreciado 5.54% frente a la divisa estadounidense.
A la llegada de inversionistas foráneos se suma que la inflación entró en el rango objetivo de Banxico (3%, +/-1%), algo que no sucedía desde diciembre del 2016, y el pronóstico es que ésta se siga desacelerando con el paso de los meses.
Una menor inflación, con elevadas tasas de interés, da como resultado un mayor rendimiento real para el inversionista.
Mientras tanto, en la zona euro, el Banco Central Europeo prepara una nueva serie de estímulos económicos, tal como lo hizo en la crisis del 2008, con los que reduciría los costos de financiamiento para empresas y hogares, esto debido a la desaceleración de su economía.
En Estados Unidos, la Reserva Federal ha puesto en pausa su alza de tasas y el mercado estima que la tasa de interés se quedará en su rango de 2.25 a 2.50%. De esta manera, los activos mexicanos se vuelven más atractivos para los foráneos.
México, el cambio
Las buenas noticias pueden cambiar los próximos meses. Si bien el 61% de los analistas consultados por Bloomberg y Citibanamex no esperan cambios en la tasa objetivo de Banxico (que se ubica en 8.25%), un posible ajuste a la baja empieza a tomar fuerza.
Al menos nueve de 28 analistas (32%) espera que la tasa objetivo de Banxico tenga cambios a la baja hacia finales de este año. La última vez que el banco central recortó su tasa fue en junio del 2014.
Una menor tasa de interés puede restar atractivo para invertir en México, aunque de momento el país cuenta con fundamentales macroeconómicos sólidos. Al cierre de 2018 la cuenta corriente como proporción del PIB se ubicó en 2.98%.
El país también debe cuidar la calificación crediticia, la cual esta en revisión por parte de Fitch, mientras que Moody’s indicó este martes que, si bien no ve riesgos para el grado de inversión de México, la perspectiva de la calificación (A3) enfrenta cada vez más presiones.
“El detonante puede ser mucho más grave porque podría ser un factor para poner en alerta a los grandes fondos de inversión que invierten en emergentes. Veríamos salidas de capital más marcadas y presiones en activos locales”, dijo Jonathan Zuloaga, asesor macroeconómico y de mercados de Columbus.
Una salida de capital foráneo trae consigo, entre otros factores, debilidad en el tipo de cambio, un aumento en la percepción de riesgo país y una caída en el precio en instrumentos de renta fija.
Tan solo en octubre de 2018, cuando se desarrollaba la consulta ciudadana para cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional en Texcoco, el peso se depreció 8.45% frente al dólar, los CDS a 5 años (una forma de medir el riesgo país) escalaron de 113 a 144 puntos y los bonos M10 cedieron 5.61% a 91.86 pesos por papel.
“Tampoco quiero ser pesimista con los riesgos elevados, pero sí creo que el inversionista lo ha notado y hay factores que empiezan a preocupar”, comentó Zuloaga.