Las restricciones implementadas por China a cualquier actividad para contener la nueva ola de contagios por COVID-19 están generando afectaciones a grandes empresas como Tesla y Apple.

El cierre de la fábrica de Tesla se mantiene mientras que los fabricantes están acumulando semiconductores, necesarios para la industria tecnológica y en medio de una crisis por escasez de los mismos, reveló la agencia Bloomberg.

Tesla, de Elon Musk, indicó a algunos proveedores y trabajadores que su fábrica de Shanghái, que ha estado cerrada desde que la ciudad entró en un cierre gradual el 28 de marzo, permanecerá cerrada al menos una semana más, según fuentes anónimas familiarizadas con el asunto. 

Luego de un cierre separado de dos días en marzo, Tesla sumó 12 días perdidos de producción en las últimas semanas.

La primera Gigafactory fuera del país de origen de Tesla produjo la mitad de sus vehículos el año pasado, y además fabrica automóviles no solo para el mercado chino, sino también para exportar a Europa y a otros lugares de Asia.

Algunas empresas, incluidos los gigantes de chips Taiwan Semiconductor Manufacturing y SMIC, así como el ensamblador de iPhone, Pegatron Corp, han podido mantener las plantas en funcionamiento.

Esto, gracias a la implementación de un sistema de circuito cerrado en el que los trabajadores viven en el lugar y se someten a pruebas con regularidad. 

Para empresas como SMIC, está surgiendo un nuevo dolor de cabeza: asegurar los camiones que necesitarán llevar sus chips a los clientes, aunque no hay detalles su estrategia de logística.

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El caso de Apple

Apple puede no ser inmune al desorden logístico que ahora afecta a partes del país asiático.

Las políticas de Covid Zero tienen el potencial de acechar los componentes de hardware de la empresa, un escenario que podría tener consecuencias devastadoras.

Este escenario tendría impacto particularmente durante la temporada alta, cuando los ensambladores como Foxconn Technology Group y Quanta Computer necesitan asegurar todos los componentes que puedan para fabricar iPhones y Macbooks, para luego enviar los productos.

A pesar de la promesa del presidente chino Xi Jinping en marzo de que los funcionarios deberían reducir el impacto económico de las políticas Covid Zero del país, las estrategias de China para frenar el virus se han tornado impredecibles y volátiles.

Como evidencia, está el bloqueo generalizado de 25 millones de residentes en Shanghái, que ha provocado preocupaciones por la escasez de alimentos. 

Ha quedado claro que, mientras el país lucha contra el virus, la economía ha caído muy abajo en la lista de prioridades de Beijing

aseguró el medio estadounidense.

Foxconn ya tuvo que detener las operaciones en un campus de producción de iPhone en Shenzhen durante unos días en marzo. 

El rival más pequeño de Foxconn, Pegatron, opera un sitio clave de ensamblaje de iPhone en Shanghái, y ha podido continuar fabricando teléfonos Apple, ya que el gobierno local permite que algunos fabricantes mantengan sus líneas de producción funcionando con un sistema de circuito cerrado.

Los problemas persistentes de la cadena de suministro en China se han sumado a otros problemas emergentes que enfrenta Apple en el país, incluidos los choques de demanda que se ciernen sobre el lucrativo negocio de la tienda de apps de la compañía.

Con informaión de Bloomberg.

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