En la primera mitad de 2021, el gobierno mexicano destinó la partida de recursos más baja de la última década a Ciencia, Tecnología e Innovación, lo que contrasta con la apuesta más reciente de la política digital por las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs).
De enero a junio de este año, los subsidios y transferencias a Ciencia, Tecnología e Innovación fueron por 12,948.4 millones de pesos, lo que significó una caída del 5.1% en términos reales y respecto del primer semestre del 2020.
Además, dicho monto fue el más bajo desde el primer semestre del 2011, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Este escenario pone sobre la mesa la duda sobre cómo y con qué recursos se lograrán los objetivos relacionados a las TICs en la Estrategia Digital Nacional (EDN).
La EDN centra su razón de ser en la necesidad de orientar el uso y el desarrollo de las TIC al bienestar social del pueblo mexicano con una visión humanista del uso de estas tecnologías y guardando estrictamente los principios de austeridad republicana, transparencia, privilegiando lo público y el uso o desarrollo nacional de tecnologías de acceso abierto
Uno de los aspectos más cuestionable de la EDN es cómo se van a aplicar, no solo en cuestión de recursos para investigación y desarrollo tecnológico, sino en la práctica, dijo Ricardo Zermeño, presidente y fundador de Select, firma consultora especializada en TIC.
La estrategia digital establece potencializar el acceso y promover el uso responsable e intensivo de las TIC, así como la vinculación y diseminación del desarrollo tecnológico de calidad y la innovación.
Para Zermeño, es necesario conocer dónde, cómo y para qué se van a aplicar los recursos escasos que existen en el presupuesto destinado a tecnología y TICs.
Efrén Páez, analista senior de Digital, Policy & Law (DPL) consideró que el no conocer el presupuesto que se va a utilizar genera gran incertidumbre, pues no se sabe cómo se utilizará para acelerar el desarrollo de las TICs.
Austeridad pega a EDN
En los dos primeros años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la Coordinación a cargo de Emiliano Calderón redujo su presupuesto en 26.8%, para este año el presupuesto se elevó casi 20% en alrededor de 14.8 millones de pesos.
Fue en enero de 2020 cuando la EDN dio una pista de lo que estaba invirtiendo tanto en recursos como en tiempo: un diagnóstico en materia digital de las dependencias del gobierno, a 14 meses de iniciado el gobierno.
Pero en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2021 ya no aparece la Coordinación de Ciencia Tecnología e Innovación, unidad de la Oficina de Presidencia que en 2020 tuvo un presupuesto de 4.4 millones de pesos, 32.9% menor que un año antes.
Esta Coordinación nació en abril de 2013, a unos meses de iniciado el gobierno de Enrique Peña Nieto, que tenía entre sus principales funciones estudiar el marco jurídico, de manera conjunta con el Conacyt, para propiciar una mejor gobernanza del sistema de ciencia, tecnología e innovación.
¿Hay futuro?
Si no hay recursos humanos ni económicos, será un desafío desarrollar tecnología, pues más allá de la necesidad de recursos presupuestarios, la formación de capital humano en la ciencia es esencial para que se dé el desarrollo tecnológico, dijo Leticia Armenta, directora del Centro Económico del Tecnológico de Monterrey.
En ese sentido, la economista expuso el caso de México, que ha tenido nichos donde algunos tecnólogos han podido avanzar, como Jalisco, que está generando bienes de alto valor agregado con un contenido tecnológico importante.
De hecho, a Jalisco se le conoce como el Sillicon Valey mexicano gracias al clúster tecnológico que está desarrollando su producción y donde varias empresas del ramo están afincadas.
El gobierno de AMLO, a través de la Estrategia Digital Nacional, apuesta por las Tecnologías de la Información (TICs) lo que requiere una importante asignación de recursos, aunque sigue siendo un misterio aún en qué dependencia recaerá la distribución y cuánto se necesitará para lograr los objetivos.