Atrás quedó el estigma de ser fanático de los videojuegos. Actualmente, muchos empleadores ven con buenos ojos los CV que incluyen experiencia en este sector, pero no nada más como desarrollador, incluso siendo solo un jugador.

“Este pasatiempo digital puede ayudar a los empleados con tareas como colaboración en línea, resolución de problemas y otras habilidades críticas en el trabajo”, destaca The Wall Street Journal.

Según Mike Hetisimer, el manager de servicio al cliente de Truno, una empresa dedicada a desarrollar tecnología para tiendas de autoservicio, los empleados que usan videojuegos se adaptan rápidamente y tienen una mayor habilidad para ayudar a los clientes.

“Los ‘gamers’ son la clase de personas a las que les puedes dar un conjunto de instrucciones y ellos descubrirán cómo hacer las cosas”, dijo en entrevista con el diario especializado.

Un cambio de paradigma

Aunque el cambio cultural no se dio de la noche a la mañana, en los últimos cuatro años ha sido más notoria la importancia que dan los empleadores a los videojuegos, según Robert Reed, vicepresidente de Robert Half International.

Esta consultora descubrió en 2017 que 24% de más de 2,500 jefes de tecnologías de la información veían con buenos ojos a los solicitantes de empleo que declaraban que uno de sus hobbies era desarrollar o jugar videojuegos.

Muchos reclutadores salen del trabajo y dedican parte de su tiempo libre a jugar, por lo que saben que estos programas son cada vez más complejos y conocen de primera mano las habilidades que exigen.

Lo importante, señalan los especialistas, es que quienes busquen trabajo puedan explicar claramente a los entrevistadores qué aportaciones les han dado los videojuegos, desde habilidades de negociación en el caso de juegos cooperativos; liderazgo y organización, a la hora de administrar comunidades en línea, o emprendimiento, en caso de haber lanzado desarrollos propios.