Nintendo reportó un incremento de 41% de sus ganancias, a 352,370 millones de yenes en el año fiscal terminado en marzo, respecto al mismo periodo de 2019, impulsado por una mayor demanda de su consola Switch y el juego “Animal Crossing: New Horizons” durante el aislamiento por la pandemia de COVID-19.
Los títulos de Nintendo suben 2.33% y se venden en 54.39 dólares en la Bolsa de Nueva York, su mejor nivel desde finales de abril.
Las ventas de la división de videojuegos de la compañía japonesa ascendieron a 1.3 billones de yenes, un aumento de 9%, en comparación de los 1.2 billones del año previo.
“Animal Crossing: New Horizons”, lanzado en marzo, vendió 11.77 millones de unidades y anotó el mejor inicio de un título de Nintendo Switch desde que la consola salió al mercado en 2017, impulsado por las medidas de restricción implementadas por los gobiernos de todo el mundo para detener la propagación del brote.
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A pesar de ello, el gigante de los videojuegos advirtió que la pandemia afectó sus cadenas de suministro, ventas e inversión en investigación y desarrollo.
La situación con respecto al COVID-19 está cambiando día a día en todo el mundo, por lo que controlaremos cuidadosamente las tendencias mientras continuamos recopilando información y tomando las medidas necesarias para aminorar su impacto
dijo la firma
En abril, los envío de la Switch a Japón desde Vietnam -donde se fabrica la consola- hacia Japón, fueron suspendidos, debido al cierre de fábricas en China, lo que provocó una escasez de componentes.
No obstante, las ventas de hardware de la consola y su versión portátil, Switch Lite, superaron las 21 millones de unidades vendidas en el año, un aumento de 24% respecto al año previo.
La división de Software de Nintendo registró ingresos por 38,311 millones de yenes, gracias a mayores ventas de los videojuegos “Pokémon Sword” y “Pokémon Shield”, con 17.37 millones de copias.
Para el resto del año, la compañía prevé una menor demanda de productos físicos y señaló que los cronogramas de desarrollo pueden verse afectados si las medidas de aislamiento se prolongan y sus empleados no pueden regresar a sus labores presenciales.
