Hace siete años, Mars One fue la promesa que capturó la mirada del mundo entero, pues una compañía que prometía lanzar una misión con humanos al Planeta Rojo para 2020 era claramente atractiva. Sin embargo, el sueño -cuestionado desde el inicio por muchos expertos- terminó.

Según un aviso del Tribunal Civil de la ciudad de Basilea en Suiza, recogido por el periódico suizo Landbote, la empresa suiza FinIn, que compró Mars One en 2016 por 92 millones de dólares, se declaró en bancarrota el 15 de enero de 2019, con menos de 25,000 dólares en sus arcas. La compañía fue disuelta y su fundador, Bas Landsorp, no ha emitido declaraciones.

¿Destinado al fracaso?

Mars One apareció en escena por primera vez en 2012 con una propuesta: enviar a personas a Marte para establecer una colonia en 2023, usando cohetes de SpaceX y tecnologías de otras empresas.

“¡Mars One ofrece la oportunidad de llevar al mundo a la mayor misión de exploración, desde seleccionar y entrenar a los futuros astronautas, preparar el asentamiento, hasta los aterrizajes humanos reales en Marte, donde los colonos comenzarán a construir una nueva sociedad en otro planeta!”, agregó la compañía en su sitio web.

Su proyecto requeriría solo de 6,000 millones de dólares, una fracción de los costos estimados por la NASA, y sería financiado a través de un reality show en el que mostraría el entrenamiento de los aspirantes a participar en la misión.

Mars One llegó a comparar la audiencia que tendría con la de los Juegos Olímpicos, aunque sin tomar en cuenta, señala Forbes, que estos solo duran un mes, mientras que el show que la empresa planteaba sería por tiempo indefinido.

“Los Juegos Olímpicos de Vancouver en 2010 y Londres en 2012, que duraron solo tres semanas cada uno, produjeron más de 3,800 millones de dólares solo por derechos de transmisión”, escribió Mars One en su sitio web.

Complicaciones

En 2014, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) cuestionó la viabilidad de la misión destacando, entre otras cosas, que los primeros colonos se asfixiarían y morirían en los primeros 68 días de la misión si sus hábitats fallaban.

Las cosas terminaron de derrumbarse en un brutal debate con el MIT a fines de 2015, cuando dos investigadores destrozaron la misión de Lansdorp y señalaron una falla tras otra: desde la falta de datos para sostener su estimación de costos hasta la imposibilidad de mantener a los colonizadores a lo largo de toda su vida en Marte.

Ese mismo año, la empresa anunció a los 100 voluntarios finales que serían los primeros en aspirar a la misión marciana. Aunque dijo que había recibido más de 202,000 aplicaciones, en realidad obtuvo menos de 3,000.

Este bajo interés se registró también ante su reality show, que nunca despegó, por lo que la empresa comenzó a vender artículos promocionales y a realizar campañas de crowdsourcing -que solo reunieron un millón de dólares-,, además de tratar de obtener recursos de los aspirantes.

Uno de los finalistas, Joseph Roche, reveló que los participantes obtenían puntos por pasar cada ronda, pero la única manera de obtener más puntos era donar dinero a la empresa.

Si los aspirantes recibían pagos por entrevistas otorgadas a medios, debían además “donar” 75% de sus ingresos a Mars One.

En los años siguientes, Mars One aplazó repetidamente su fecha planificada para enviar humanos a Marte. Su último comunicado de prensa fue en 2017, cuando anunció nuevas predicciones de ingresos para la misión.