La regulación brinda certeza y confianza. Al menos esta ha sido la constante desde que fue aprobada la Ley de Tecnología Financiera, mejor conocida como Ley Fintech.

Sin embargo no ha sido suficiente para que 200 de las cerca de 500 empresas mexicanas que deben ser reguladas decidan registrarse ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Hasta el momento, solo existen tres solicitudes presentadas ante la autoridad bancaria; dos de estas corresponden a las plataformas de crowdfunding M2Crowd e Inverspot.

El número de empresas fintech que deben cumplir con las nuevas disposiciones de la legislación se reduce debido a que solo aplica para tres categorías: Fondo de pagos electrónicos (wallets), Activos virtuales (cryptocurrencies) y Financiamiento colectivo (crowdfunding).

Fueron precisamente la certeza y confianza lo que motivó a Inverspot a iniciar el proceso ante la CNBV a finales de octubre de 2018, que culminó el 20 de junio al presentar su registro. 

El presentar la documentación ante la autoridad regulatoria no fue complicado, según Eduardo Sánchez, director de Regulación y Expansión de la startup de crowdfunding inmobiliario. 

Sin embargo para el resto de las compañías fintech el panorama es distinto por el costo y conocimientos que requiere el proceso.

¿Por qué es tan bajo el número de registros?

Especialistas coinciden que la falta de experiencia en el proceso regulatorio y el alto costo son las principales barreras para que inicien el proceso de registro como Instituciones de Tecnología Financiera (ITF). 

Daniela Robles Trejo, directora general de la asociación Fintech México explicó a EL CEO que ven dos motivos. El primero es que ni los abogados ni las empresas tienen experiencia consiguiendo estas autorizaciones por ser nuevas. 

Pese a que las empresas, en términos generales, fueron constituidas hace poco, los requerimientos para autorizarlas son altos y en consecuencia los costos operativos para lograrlo suelen ser altos

En septiembre de 2018 se publicó la primera ronda de regulación secundaria, y en marzo de 2019 se publicó la segunda, con lo cual la legislación estipula los requerimientos a cumplirse por las empresas a más tardar en septiembre de 2019.

Todo recae en los costos altos

Las fintech no se niegan a ser reguladas, los altos costos las detienen. El reporte ‘Termómetro Fintech: los retos de la regulación’, presentado por Banco Santander en colaboración con Endeavor, Finnovista y la Embajada de Reino Unido, publicó que 57% de las 148 fintech encuestadas dijeron estar sujetas al cumplimiento de las nuevas disposiciones.

Sin embargo, el 63% de las startups considera que deberán invertir menos de 55,000 dólares y 37% más de 55,000 dólares para cumplir con los gastos de la regulación. 

De aplicarse las leyes secundarias, tal como se difundieron a través de las circulares oficiales, solo 42 empresas que participaron en el reporte podrían cumplir con los gastos de la regulación, destinando dinero de sus inversiones. Mientras que solo 39 lo harían con el dinero de sus ingresos.

Marcelo de Fuentes, director general de Fundary, plataforma de inversión y financiamiento colectivo, explica que se debe entender que el mundo fintech está compuesto por gente joven que no tiene los suficientes recursos económicos para un proceso de registro ante la CNBV. 

Para obtener el permiso, se ha establecido un mínimo de capital pagado y exhibido de entre tres y cuatro millones de pesos dependiendo de las operaciones que realicen la empresa: un oficial de cumplimiento certificado por la CNBV, un estudio de viabilidad financiera para los primeros tres años de operación; manuales de operación, de control interno y de gestión de riesgos.

El equipo de Fundary lleva trabajando siete meses para cumplir con la Ley Fintech. Durante estos meses no solo han presentado la documentación necesaria, sino también trabajo interno para elevar estándares de calidad y seguridad,conocimiento del cliente y prevención de lavado de dinero. 

El plazo para cumplir con el registro podría tomar entre seis y 12 meses de trabajo previo, más el tiempo que la CNBV tome para hacer la revisión. 

Pese a los requisitos, De Fuentes considera que las fintech no deben rehuir a los costos económicos que implica debido a que la Ley Fintech dejará listas a todas las empresas para poder hacer un aterrizaje mucho más fácil en cualquier otro país que hoy no cuenta con regulación. 

Está poniendo un estándar normativo para cuando cualquier fintech sea aprobada en México no tenga problemas para adecuar operaciones en otro país

 Marcelo de Fuentes, director general de Fundary

El CEO buscó obtener la postura de la CNBV, pero hasta la publicación de este texto no se obtuvo respuesta.

No entrar en pánico, hay más posibilidades

Andrés Fontao, managing partner de Finnovista, organización que promueve a las empresas del sector en Latinoamérica, comenta que no debe cundir el pánico respecto al bajo número de solicitudes, pues aún hay tiempo para encontrar soluciones para todos los actores. 

Quiero pensar que hay opciones: habrá quien finalmente acuda y solicite el registro como ITF, habrá quien decida no hacerlo y por ello cierren o sean adquiridos. A mí se me ocurre el Sandbox, pues los productos novedosos podrán acudir a este

 Andrés Fontao

Para Fontao, el Sandbox o terreno de prueba es una posibilidad para modelos novedosos que no tengan claro si deben ser regulados o no. En este, denominado espacio-tiempo, pueden acudir para testear sus productos y sus modelos de negocio.

De acuerdo con Fontao, pueden haber varias startups que están evaluando el proceso de inscribirse con la intermediación de expertos y consultoras. “Son asesorías que tardan tiempo. Es algo nuevo para todos y es algo que ralentizando”.

Estos espacios se habilitarán como un ambiente de riesgo acotado para tres esquemas: modelo novedoso, nuevos modelos e implementaciones innovadoras que puedan tener un impacto positivo para los usuarios finales. 

En lo que resta del año podría incrementar el número de solicitudes de registro como Instituciones Tecnológicas Financieras o Sandbox.

Aunque, aún hay poco entendimiento de lo que es el Sandbox y solo hay una autorización formal en proceso, dijo el 29 de mayo Rocío Robles, directora general adjunta de Regulación Estructural de la CNBV durante una conferencia privada entre ejecutivos interesados, organizada en la Bolsa Mexicana de Valores. 

Si esa innovación empieza a tocar temas de actividades reservadas para los que necesitas una licencia como una entidad financiera, entonces ven al Sandbox y te dejamos que sin tener que ser banco, casa de bolsa o aseguradora puedas probar ese modelo de negocio y puedas realizar esa actividad por un período limitado de tiempo con un número limitado de clientes. Esta es la manera de un diálogo directo entre la innovación y regulador

 Rocío Robles

El 8 de marzo se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las disposiciones de carácter general relativas a las sociedades autorizadas para operar modelos novedosos con el Sistema de Ahorro para el Retiro, al que hace referencia la Ley Fintech. Es decir, se abrió el ambiente de pruebas y pilotos (Sandbox) en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). 

Los posibles escenarios camino a la fecha límite de regulación

El verdadero impacto de la legislación será a partir de septiembre de 2019, una vez que existan empresas fintech con la autorización de los reguladores, indica el Termómetro Fintech.

Dentro de los escenarios posibles, Enrico Robles, director de Inteligencia para Endeavor, comentó que prevén un cierre de empresas fintech en menor grado debido a que no pudieron cumplir con los requisitos que establece la ley. Otro escenario es que se terminen aliándose o ser compradas por quienes sí cumplieron con la Ley Fintech.

Podría ser un escenario similar al de enero de 2014 con las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), debido a la entrada en vigor de la Reforma Financiera. 

Cerca de 1,329 empresas iniciaron su trámite de cancelación en septiembre de 2015 por no cumplir con los requisitos de la nueva legislación, mientras que 1,378 sí pudieron renovar su registro de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). 

En el mundo, las leyes de tecnología financiera no conocen de tiempos y avanzan a la velocidad de la innovación, por lo que el ritmo de registros en México podría dar paso a un escenario aún más complicado, en el que una ley de esta envergadura termine siendo incluso obsoleta, debido a la rapidez con la que cambian estos modelos de negocio tecnológicos.