Facebook fue acusado en un reportaje del New York Times de haber ocultado información sobre la interferencia rusa en su plataforma durante la campaña electoral de Estados Unidos en 2016, lo que la empresa de Mark Zuckerberg negó nuevamente.

Basado en entrevistas con más de 50 personas tanto de la compañía como legisladores, funcionarios, lobistas y trabajadores del Congreso, el NYT afirma que la estrategia de Facebook frente a la crisis creada por la interferencia rusa fue “retrasar, negar y desviar”.

El fundador y presidente de Facebook, Mark Zuckerberg, y su mano derecha, Sheryl Sandberg estaban tan enfocados en el crecimiento de la compañía que “ignoraron las advertencias y luego buscaron esconderlas de la esfera pública”, indica el reporte.

Tardanza y negación

Según el diario neoyorquino, Facebook reunió pruebas de la interferencia rusa durante una investigación liderada por su exjefe de seguridad Alex Stamos e informó en forma tardía a su junta directiva sobre los hallazgos.

Zuckerberg declaró a finales de 2016 que era “una locura” pensar que Facebook hubiese sido usado por Rusia para ayudar a Donald Trump a ganar la elección presidencial.

Pero después de varios retrasos, finalmente entregó información a los legisladores estadounidenses y reconoció que casi 126 millones de personas habían visto los posts impulsados por Rusia.

“Hemos reconocido públicamente en varias ocasiones (…) que fuimos muy lentos para detectar la interferencia rusa en Facebook, así como otros abusos”, dijo la empresa en un comunicado.

“Pero en los dos años después de la elección presidencial de 2016, hemos invertido fuertemente en más personas y mejor tecnología para mejorar la seguridad de nuestros servicios”, agregó.

Busca a quién culpar

Después de que se conoció la interferencia rusa, Facebook trató de vincular a los activistas que protestaban en su contra con el millonario inversionista George Soros, empleando para ello a la consultora republicana, Definers Public Affairs, revela el NYT.

Facebook calificó como “inexacta” la información y al mismo tiempo anunció que había cortado su relación con la consultora la noche del miércoles, sin explicar los motivos.

Según el diario, cuando crecieron las críticas por el manejo de Facebook de la interferencia rusa, la empresa también emprendió una campaña de relaciones públicas dirigida por Sandberg con el fin de desviar la atención hacia sus rivales Google y Apple.

En noviembre de 2017, Facebook apoyó una iniciativa para responsabilizar a los sitios en que se publicaban anuncios que promovían la trata de blancas, medida a la que Google y otras tecnológicas se habían opuesto durante meses.

Según diversas fuentes, el objetivo de la red social era ganar apoyo tanto en el lado demócrata como en el republicano, pero el esfuerzo fue en vano cuando estalló el escándalo de Cambridge Analytica.

La revelación enfrentó además a Zuckerberg con Tim Cook, CEO de Apple, luego que éste declaró: “Nosotros no traficamos con la información de tu vida privada. La privacidad es para nosotros un derecho humano”.

En respuesta, el fundador de Facebook presuntamente ordenó que todos los managers de la empresa dejaran de usar iPhones y se cambiaran a teléfonos con Android, argumentando que ese sistema operativo tenía más usuarios.

Cuando Sandberg acudió ante el Comité de Inteligencia del Senado, negoció para que también estuvieran presentes ejecutivos de alto rango de otras tecnológicas. Jack Dorsey, CEO de Twitter, asistió, pero Larry Page, cofundador de Google, no lo hizo, lo que permitió que los reclamos se centraran más en su ausencia que en el papel de Facebook en la interferencia rusa durante las elecciones.

Conforma “corte de apelación”

Más tarde, la red social anunció la creación un órgano independiente para revisar las apelaciones de sus usuarios por retiro de contenido, afirmando que la compañía no debería tomar por sí sola “tantas decisiones importantes sobre libertad de expresión y seguridad”.

Los contenidos controvertidos que son detectados a través de la inteligencia artificial o porque son reportados por los usuarios, se revisan a través de un sistema interno.

Pero una especie de “tribunal de apelación” independiente, que debería establecerse el próximo año, será responsable de decidir en caso de litigio.

La composición de la “corte”, así como su grado de independencia, en concordancia con los principios que guían a Facebook, se determinarán en los próximos meses.

A partir del próximo año también, Facebook va a publicar un informe cada tres meses sobre el contenido que se ha eliminado del sitio. La frecuencia es equivalente a la de la publicación de resultados financieros y una forma de demostrar que la empresa se toma el tema en serio.

“Hemos logrado avances en la eliminación del odio, el hostigamiento y el terrorismo de nuestra red”, dijo Zuckerberg, pero “debemos encontrar el equilibrio entre darles voz a las personas y asegurarnos de que están seguras”.

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