La educación en línea durante la pandemia obligó a muchas familias a hacer gastos extra ante la necesidad de comprar algún dispositivo o incrementar el ancho de banda de su servicio de internet para adaptarse a la nueva realidad.
El estudio ‘Educación en México 2021’ realizado por la Asociación de Internet Mx y OCC Mundial reveló que el 52% de una muestra de 1,364 participantes que empezaron con actividades educativas previo a la pandemia, incrementaron el ancho de banda de internet.
Este escenario evidencia que la necesidad de un mejor internet y la compra de dispositivos que probablemente no estaban en casa antes de la contingencia generaron obligadamente en muchos casos un gasto adicional para las familias.
El gasto extra también se dio durante la pandemia, aunque en una proporción menor de los encuestados, pues al menos un 35% reconoce que amplió el ancho de banda de su conexión a internet porque empezaron sus estudios ya comenzada la pandemia.
Al 29% de las personas que empezaron a estudiar previo a la pandemia les resultó muy fácil adaptarse a la modalidad online de las clases, un porcentaje que escaló al 46% en el caso de las personas que empezaron sus estudios de manera remota y virtual ya comenzada la pandemia.
Dispositivos, un gasto no tan amplio
Aunque sí hubo varias personas que invirtieron en mejorar su internet, fueron menos las que tuvieron que desembolsar para comprar algún dispositivo, principalmente una laptop o un smartphone para las clases en línea.
Previo a la pandemia, el 74% de los participantes en el estudio contestaron que ya contaba al menos con una computadora portátil, mientras que durante la pandemia, este porcentaje se incrementó a 77%.
En el caso de la tenencia de un smartphone ocurrió algo similar: antes de la pandemia el 63% dijo contar con un teléfono inteligente, un porcentaje que se movió a 64% durante la pandemia.
Efecto de la pandemia
Entre los hallazgos más importantes del estudio destaca que durante la pandemia, el 37% de los estudiantes pausó sus estudios.
De ellos, cinco de cada 10 fue por falta de dinero y dos de cada 10 por temas de salud, cuestiones personales propias o de sus familiares.
A pesar de los obstáculos que enfrentan los internautas para continuar con sus estudios, entre ellos el desempleo (55% de los encuestados no tiene un empleo, 25 puntos porcentuales más respecto a 2019), hay grandes motivadores que los impulsan a seguir estudiando.
Para ellos, entre los principales están adquirir mayor conocimiento, buscar un nuevo empleo y/u obtener un mejor sueldo.