El declive en las ventas de iPhone en Apple es algo que evidentemente preocupa a sus directivos, pero no tanto como a sus proveedores.
Para amortiguar esta baja, la compañía de la manzana tiene en mente cobrar tarifas más altas a sus usuarios en servicios de streaming y almacenamiento de datos y con ello incrementar los ingresos que los usuarios le generan después de haber adquirido el equipo, explica Bloomberg.
Pero en este plan no están contemplados sus proveedores, los cuales salen afectados cuanto más inventario se queda en sus almacenes. Prueba de ello fueron los recortes de perspectivas que algunos de ellos sufrieron después del reporte del tercer trimestre.
Japan Display, que obtiene más de la mitad de sus ingresos de Apple, recortó los pronósticos. Luego, Lumentum Holdings, uno de los principales fabricantes de sensores de FaceID para iPhone, redujo su perspectiva para el segundo trimestre. Y ayer, Hon Hai Precision Industry, su mayor ensamblador, recortó sus estimaciones.
“Los proveedores dependen más del volumen que Apple”, dijo el analista Woo Jin Ho a Bloomberg. “Esto plantea un riesgo incremental para el resto de la cadena de suministro”.
En el tercer trimestre del 2018, la empresa vendió 46.9 millones iPhones, por debajo de los 47.5 millones esperados por analistas, sin embargo, los ingresos aumentaron 29% respecto al mismo periodo del año anterior.
Las acciones de Apple bajan 0.58% a 193.05 dólares a la 1:18 pm (hora de la Ciudad de México). Ayer, los títulos de la tecnológica perdieron 5%, tras el recorte de los pronósticos de sus proveedores, y arrastraron al Nasdaq, que perdió 2.78%.