Cuando los usuarios de iPhone desean editar sus selfies, nuevos filtros para sus fotos o simplemente unirse a la última moda en las redes sociales recurren a la App Store, donde cualquier aplicación que compren también incluye el pago de la comisión de 30% para Apple.

Esa comisión es un tema clave en un caso antimonopolio que llegó a la Corte Suprema de Estados Unidos y que podría tener implicaciones de amplio alcance para otras empresas como Uber o Ebay.

Según los demandantes, el ecosistema de la App Store ha provocado precios inflados en comparación con si las aplicaciones estuvieran disponibles en otras fuentes. Actualmente, si los usuarios de iPhone quieren usar apps de otras tiendas, deben hacer un jailbreak a su dispositivo, invalidando la garantía.

¿Cómo se ha defendido Apple?

Aunque los desarrolladores establecen los precios de sus aplicaciones, Apple recibe una comisión del 30% en cada compra. Los demandantes afirman que los desarrolladores de aplicaciones recuperan el costo de esa comisión al pasarlo a los consumidores.

El tema no es pequeño, pues tan sólo en 2017, los desarrolladores ganaron más de 26,000 millones de dólares, un aumento del 30% en comparación con 2016, según Apple.

La compañía buscó que se desestimaran los reclamos antimonopolio diciendo que los demandantes carecían de la capacidad legal requerida para presentar la demanda.

Apple se basa en una sentencia de la Suprema Corte de 1977 que dice que las víctimas indirectas de cargos excesivos no tiene derecho a exigir el pago de daños. En esta clasificación entrarían quienes compran apps pues no están comprando en Apple, sino a los desarrolladores así que, según la empresa, sólo ellos tendrían el derecho de exigir reparaciones.

Los demandantes y algunos grupos antimonopolios no están de acuerdo, pues es poco probable que los desarrolladores de aplicaciones demanden pues no querrían morder la mano que los alimenta, así que nadie desafiaría la conducta anticompetitiva.

Los desarrolladores “no pueden arriesgarse a la posibilidad de que Apple los elimine de la App Store si presentan una demanda”, dijo el grupo defensor del American Antitrust Institute en un informe.

Apple está “tratando de hacer que sea más difícil para las partes lesionadas hacer valer sus derechos bajo la ley federal antimonopolio”, dijo Mark Rifkin, un abogado de los demandantes, quienes están respaldados por los procuradores generales de 30 estados, incluidos California, Texas, Florida y Nueva York.

¿Qué pasa si Apple gana?

Los demandantes, así como los grupos de vigilancia antimonopolio, dijeron que si los jueces cierran las puertas de los tribunales a quienes compran productos de consumo, la conducta monopolística podría expandirse sin control y afectar a usuarios de otros servicios, como Uber.

“Muchas plataformas tecnológicas comenzarán a argumentar que los consumidores no tienen capacidad para presentar demandas antimonopolio contra nosotros”, dijo Sandeep Vaheesan, director legal del Open Markets Institute, un grupo de defensa antimonopolio con sede en Washington.

“Uber podría decir que sólo estamos proporcionando servicios de comunicación para conductores que comparten viajes”, dijo Vaheesan. “Si hay un problema antimonopolio, los conductores pueden presentar una reclamación, pero los pasajeros no tendrían cómo defenderse”.

¿Qué implica que pierda?

La compañía dijo que permitir que la demanda continúe sería peligroso para la industria del comercio electrónico, que se basa cada vez más en modelos de ventas basados ​​en agentes. Apple citó compañías como el sitio de entradas StubHub, Amazon Marketplace y eBay.

Las demandas judiciales contra compañías como éstas se multiplicarían, dijo Apple a los jueces en un informe legal.

El comercio electrónico alcanzó 452,000 millones de dólares en ventas minoristas en Estados Unidos en 2017, según estimaciones del gobierno.

“El aumento del riesgo y el costo de los litigios paralizará la innovación, desalentará el comercio y perjudicará a los desarrolladores, minoristas y consumidores por igual”, advirtió el grupo empresarial de la Cámara de Comercio de EU que respalda a Apple.

¿Cómo surgió la demanda?

Las reclamaciones contra Apple se remontan al 2011, cuando varios compradores de iPhone, incluido el demandante principal Robert Pepper, presentaron una demanda colectiva contra Apple en un tribunal federal de Oakland, California.

Inicialmente, un juez desechó la demanda y dictaminó que los consumidores no eran compradores directos de Apple.

Pero el año pasado, la Corte de Apelaciones del 9º Circuito de Estados Unidos, con sede en San Francisco, reavivó la demanda y decidió que Apple era un distribuidor que vendía aplicaciones de iPhone directamente a los consumidores.

Los comentarios emitidos por los miembros de la Suprema Corte este lunes hacen pensar que permitirán que la demanda siga su curso. La decisión final podría conocerse en junio.

Con información de Reuters

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