Tula es la zona industrial energética más contaminante del país, sin embargo, los intentos para establecer un programa que restaure y frene los daños en la localidad han sido fallidos, según el estudio “La responsabilidad corporativa de CFE a prueba: impactos ambiental y sociales de la central termoeléctrica de Tula”.

El análisis, realizado por México Evalúa, señala que en el país existen aproximadamente tres mil plantas industriales. En 2019, poco más de la mitad, es decir 1,586, emitieron dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.

La central Francisco Pérez Ríos, o Central Termoeléctrica de Tula (CTT), genera más de 5 millones de toneladas de CO2, precedida sólo por la refinería de ese lugar. 

Tula es un lugar que ya es conocido por el impacto que tiene en contaminación, pero no se hace nada al respecto. Se requiere una solución estructural que no se ha articulado aunque han habido esfuerzos institucionales que lo han buscado

comentó en entrevista Ana Lilia Moreno, ​​coordinadora del Programa de Competencia y Regulación de México Evalúa.

De acuerdo con el mapa interactivo de la NASA, la planta termoeléctrica de Tula contribuye al año con 136,000 toneladas de dióxido de azufre SO2, que causa daños al sistema respiratorio.

 

El problema inició en 1976 cuando se fundaron las dos plantas: una refinería y una termoeléctrica que están a tres kilómetros de distancia una de la otra. Están aisladas de la comunidad y las resguarda el ejército, pero no hay freno para los daños que ocasionan. 

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Intentos fallidos

Ha habido mociones del Congreso de la Unión, de la senadora Xóchitl Gálvez -que ha buscado puntos de acuerdo- y  de legisladores locales de distintos partidos políticos, pero los esfuerzos no se han logrado articular. 

Víctor Toledo, exsecretario de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), emitió una declaración de emergencia ambiental que no logró consolidarse, pues requiere acompañarse de un presupuesto.

A su vez, necesita de un programa en el que participen los sectores público, privado y la academia, y un programa de restauración de medioambiente en Tula y de restauración a la población en materia económica, laboral y sanitaria. 

La Ciudad de México está interconectada con Tula, recibe una quinta parte de la contaminación y está sujeta a la región porque ahí se descarga una gran parte de las aguas negras del norte de la Ciudad, lo que impacta el agua y aire.

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Pero infringen las reglas 

En 2018, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió recomendaciones dirigidas a diversas autoridades de todos los niveles de gobierno para evitar violaciones al derecho de salud y medioambiente ocasionadas por la operación de los complejos de Tula, pero no se atendieron.

En 2021, un estudio realizado por Iniciativa Climática reveló que la CTT infringe la NOM-086-SEMARNAT-SENER-SCFI-2005, por casi duplicar el contenido en azufre permitido, e incumplir los términos del permiso de generación emitido por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pues dicho permiso autoriza únicamente a la CTT el empleo de gas natural.

Las 136,000 toneladas de dióxido de azufre SO2 que emite la refinería de Tula están vinculadas a la refinación, la producción de combustóleo, y la generación de energía eléctrica, que ocasionan afectaciones a la salud de la población.

Mala calidad de aire y agua

El problema del deterioro de la calidad del aire y sus externalidades o impactos negativos en la población de la cuenca de Tula se remonta a la década de 1980.

La gestión y contaminación del agua en la cuenca, según reveló el estudio, también la colocan en una situación crítica, certificada y declarada como zona de emergencia sanitaria.

A su vez, en agosto del 2020, la Semarnat, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME), alertaron sobre la calidad del aire en la cuenca atmosférica de Tula. 

La advertencia indicó que 97% del dióxido de azufre (SO2), 45% de las partículas PM2.511 y el 43% de los óxidos de nitrógeno (NOx) emitidos en el estado de Hidalgo se generan en la CTT.

La planta termoeléctrica consta de cinco unidades de generación y una capacidad total de más de 1,500 Megawatts (MW), que utiliza combustóleo al 80%.

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