Liz Cervantes
Gibran Zafra

Javier Jiménez Espriú, futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, agregó nuevos detalles y posicionamientos sobre las opciones que tendrán los ciudadanos que decidan participar en la consulta para definir qué hacer con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

El integrante del equipo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, explicó que bajo el cálculo de que el proyecto de la terminal aérea ubicada en Texcoco no estará terminada para el próximo sexenio, deberán tomar medidas para resolver el problema de la saturación aérea, independientemente del resultado del ejercicio de participación ciudadana.

“El avance de la obra no es el que se planteó en 2014. Primero dijeron que en 2018, después que en 2020 y hoy nos dicen que sin contingencias estaría a finales del 2022. Siendo realistas, no estará listo. Creemos que sin contingencias estaría hasta el 2024”, indicó Jiménez Espriú.

Ante ello, explicó que al cúmulo de opciones se suma una que se debe realizar “sí o sí”. Se trataría de la modernización y rehabilitación del actual aeropuerto Benito Juárez ubicado en la Ciudad de México, así como del aeropuerto de Toluca, ubicado en el Estado de México.

Según el futuro titular de la SCT, se trata de una “cirugía mayor”, para buscar solucionar el problema de la saturación aérea, pero ante ello agregó que esas dos terminales son compatibles con el desarrollo del proyecto de la base militar de Santa Lucía.

Gerardo Bravo, Javier Jiménez Espriú y Carlos Morán (Prensa AMLO)

Un nuevo espacio aéreo

La elección en la consulta tiene dos opciones: la continuación del Nuevo Aeropuerto en Texcoco, que implicaría la anulación del uso de aeropuerto de Santa Lucía o  la cancelación del NAIM y la reconfiguración del espacio aéreo para operar de manera conjunta el aeropuerto de Toluca, el Benito Juárez y Santa Lucía.

La alternativa propuesta incluye aumentar la operación del aeropuerto de Toluca -que en 2017 fue de 600,000 pasajeros- a cuatro millones en una primera fase. Posteriormente a 10 o 14 millones de pasajeros anuales.

Actualmente la terminal aérea tiene capacidad para recibir ocho millones de viajeros al año.

Jiménez Espriú estima que con las adecuaciones al Benito Juárez, la operación, que actualmente es de 44 millones de pasajeros, pudiera incrementar hasta 50 millones de manera anual.

En suma, los tres espacios aéreos podrían recibir alrededor de 60 millones de usuarios, “una cifra muy parecida a los 70 millones que se pretenden en la primera etapa del NAIM”, destacó.

De resultar elegida la opción de Santa Lucía, se realizará un estudio que durará entre cuatro y cinco meses, con un costo de 600,000 dólares para redefinir el espacio aéreo de la zona.

La consulta, aún sin detalles de fondo

A 14 días de llevarse a cabo la consulta, solo se conocen fechas y horarios, pero el equipo de transición aún no explica a fondo los costos ni los procesos de selección que los encargados de aplicarla deberán seguir. Tampoco los lugares en donde se realizará. Más importante aun, las preguntas.

Según el vocero, Jesús Ramírez, se darán a conocer el lunes 15 de octubre en una conferencia de prensa.

El ejercicio ciudadano se llevará a cabo los días 25, 26, 27 y 28 de octubre de ocho de la mañana a seis de la tarde en 538 municipios, los cuales incluyen las 32 capitales de los estados que representan el 80% de la población nacional, de acuerdo con información de los organizadores.

Se instalarán 1,073 urnas, así como mesas de información para que los ciudadanos que quieran participar, pero que sientan que no cuentan con los argumentos suficientes, puedan acudir.

Los resultados, según Jiménez Espriú, se publicarán durante la última semana del mes, La concentración de datos correrá a cargo de la Fundación Arturo Rosenblueth.

También se implementará un sistema para evitar que una persona que ya votó, intente hacerlo de nuevo en los siguientes días. Aunado a la consulta, también se realizará el sábado 27 y el domingo 28 una encuesta domiciliaria con diversas preguntas, con otra metodología y en distintos sectores.

Un historial de dimes y diretes

La cancelación del NAIM se posicionó como una prioridad en la agenda de la administración que entrará en funciones el próximo 1 de diciembre. Desde la campaña electoral, la postura de AMLO fue de oposición y llegó a calificarlo como “un barril sin fondo”.

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A lo largo de ese tiempo fue variando las opciones como el permitir que se financie por capital privado o la complementariedad con Santa Lucía.

Además de Jiménez Espriú, otros miembros del futuro gabinete como Josefa González Blanco, propuesta para Secretaria de Medio Ambiente y Alejandro Encinas, próximo subsecretario de Derechos Humanos, se han expresado en contra de la construcción del aeropuerto en Texcoco.

 

Pero la continuidad del proyecto también ha sido un tema que el gobierno saliente defiende. El presidente Enrique Peña Nieto destacó la importancia de culminar el proyecto. En septiembre con motivo de su último informe de gobierno dijo tener confianza en que la obra inicie operaciones en el siguiente sexenio.

Un mes antes, al iniciar el proceso de transición, el mandatario mexicano indicó que respetará la decisión de la administración entrante, pero que la obra “sigue su curso”.

El gobierno federal desplegó una campaña para promover el NAIM, argumentando que los avances generales van en un poco más del 30%, mientras que el de las pistas se encuentra en un 60%.

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