Actualmente, siete de cada 10 fallecidos por coronavirus en México padecían diabetes, hipertensión u obesidad, dos más por cada decena respecto a los decesos registrados a finales de marzo, condiciones de riesgo de la población que podría ser más grave que en otros países, de acuerdo con especialistas en materia de salud.

En el país, siete de cada 10 fallecidos por COVID-19 en la segunda mayor economía de América Latina tenía una de esas tres afecciones, en tanto que la mitad de ese grupo padecía al menos dos de ellas, de acuerdo con cifras oficiales.

La epidemia de enfermedades crónicas, inducida por la mala alimentación y sobreoferta de productos industrializados no saludables (hace más vulnerable a México) en un evento agudo

 dijo recientemente el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien está a cargo de la estrategia en el país para contener el brote.

En ese sentido, agregó que una enfermedad infecciosa como COVID tiene en el país una carga muy importante que no tienen las naciones europeas.

Hasta el domingo 10 de mayo, la cifra de muertes por coronavirus en México ascendió a 3,465; sin embargo, hay más de 31,000 personas, entre contagiadas y recuperadas, de las cuales una tercera parte tiene al menos una de las tres principales condiciones de riesgo.

En México, cuya población ronda los 126 millones de personas, 10.3% de quienes tienen 20 años o más -unos 8.6 millones de personas- sufren de diabetes, según datos del 2018 del Gobierno federal.

Asimismo, la hipertensión o presión arterial alta, es aun más frecuente, ya que afecta a 18.4% de la población de 20 años o más, que supone alrededor de 15.2 millones de personas.

Por otra parte, la obesidad en adultos ha alcanzado niveles alarmantes, pues actualmente México es el segundo país con mayor incidencia de esta condición, de acuerdo con cifras de 2017 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

“Se ven reflejadas en las estadísticas de defunciones en México la comorbilidad de estos tres elementos, México es un país de muy alto riesgo”, dijo el médico Josafat Camacho, presidente de la Federación Mexicana de Diabetes.

Cifras incompletas

Aunque la incidencia de esas enfermedades es alta entre los fallecidos, Camacho dijo que todavía es pronto para determinar de forma definitiva si el virus es más letal en el país debido a que las cifras aún están “incompletas” y cambiarían conforme se realicen más pruebas.

Lo anterior se debe a que podría haber muchos pacientes asintomáticos y eso modificaría la tasa de letalidad, que por ahora se ubica en 9.9% localmente, frente a una de 6.8% a nivel global.

Las cifras del gobierno mexicano han sido cuestionadas debido al bajo número de pruebas que han realizado las autoridades sanitarias, y expertos sugieren que los números reales de contagiados y fallecidos son mucho más altas.

Incluso, según la última actualización de un modelo de la propia Secretaría de Salud, en el país podría haber más de 100,000 infectados, pero con una gran cantidad de pacientes asintomáticos.

“Como se está midiendo, tal vez no se están dando las cifras exactas en forma absoluta, pero el ascenso, la velocidad (en la que avanza el brote) sí es esa”, comentó por su parte Gustavo Cruz, matemático e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, en referencia al comportamiento del brote reportado por el gobierno mexicano.

El académico, quien estimó junto con otros especialistas de diferentes áreas la fecha en la que llegaría el brote al país, dijo que el pico de contagios en el país se daría entre la segunda y tercera semana de mayo.